El negocio del cruce ilegal incrementa con la nueva administración de Donald Trump
En el noreste de Tijuana, Alicia, conocida tanto por su sazón como por “conocer los pasos seguros” para cruzar a Estados Unidos, ha visto cómo su actividad como enlace entre migrantes y “guías” ha crecido desde que Donald Trump asumió la presidencia. Según explica, el miedo de las familias a quedar atrapadas ha incrementado la demanda de servicios para cruzar la frontera, con costos que oscilan entre 12,000 y 20,000 dólares, dependiendo de las rutas y métodos empleados.
Desde el refuerzo de la frontera, los traficantes han adoptado métodos ingeniosos para evadir los controles, desde el uso de túneles hasta cruces en días estratégicos. Alicia narra el caso de una familia que pagó 10,000 dólares por menor y cruzó el 31 de octubre, disfrazando a los niños de calaveras y mezclándolos con otros grupos durante Halloween. El cruce se logró con visas falsas y sin mayores complicaciones.
Alicia explica que los costos incluyen el pago a múltiples actores: desde los guías hasta los cárteles que controlan las rutas, pasando por agentes fronterizos que, según ella, son sobornados para “no hacer nada”.
La realidad de los migrantes retornados
Javier, un migrante chiapaneco, relata su experiencia tras ser detenido y deportado junto a su familia. Después de cruzar con ayuda de una escalera y pagar 500 dólares a traficantes locales, su solicitud de asilo fue rechazada y la familia regresada a Tijuana. A pesar del maltrato recibido y la negativa de asilo, Javier asegura que intentarán cruzar nuevamente, pues quedarse no es una opción viable.
Aunque las autoridades han reforzado los controles en la frontera, los traficantes aseguran que con sobornos de 500 a 1,000 pesos, pueden evadir la vigilancia por lapsos cortos, facilitando así el cruce de los migrantes.