Con un empate 1-1 en el partido de vuelta y un global de 3-2 sobre Rayados de Monterrey, el América consolidó su lugar en la historia como el primer tricampeón de la Liga MX en torneos cortos. Este logro, además de agrandar su legado, marcó la primera vez que las Águilas levantaron el trofeo fuera del Estadio Azteca, coronándose en la casa de su rival, el Estadio BBVA.
La noche regia se tiñó de amarillo y azul desde el inicio. Aunque Rayados intentó presionar, el América mostró calma y letalidad en los momentos clave. Richard Sánchez fue el encargado de abrir el marcador a los 24 minutos con un golazo que silenció al público local y llenó de nerviosismo a los jugadores del Monterrey. En contraste, el América demostró por qué es considerado el club más grande de México: inteligencia táctica y eficiencia en cada jugada.
El gol de Johan Rojas al minuto 85 dio un respiro momentáneo a Rayados y a sus aficionados, quienes soñaron con empatar la serie en los últimos minutos. Sin embargo, el tiempo fue insuficiente. A pesar de los esfuerzos en los últimos instantes, Monterrey no logró superar la sólida defensa americanista ni concretar las oportunidades necesarias para llevar el encuentro al alargue.
Con este título, el técnico André Jardine se consagra como el estratega más exitoso en la historia del América, mientras el club alcanza un estatus de equipo de época. Los seguidores de las Águilas ahora tienen un capítulo que equipara los éxitos vividos en la década de los 80, consolidando la identidad ganadora del equipo.
Aunque la grandeza del América parece no tener límites, el club tiene una deuda pendiente: conquistar un título internacional. La oportunidad llegará en 2025 con la Concachampions, un escenario ideal para extender su dominio más allá de las fronteras nacionales.
