Terminan los días de canícula y las vacaciones con ellos, las lluvias refrescan el ambiente y también las ideas, aquí les comparto algunas apreciaciones con respecto a lo que (posiblemente) es el amor. Para poder hablar acerca del amor, es necesario primero poder definir lo qué es, tarea que por sí misma resulta por demás compleja, puesto que existen varias formas de otorgar amor.
Está el amor de pareja, el de los padres hacia sus hijos, el de los hijos a sus padres, amor entre hermanos, entre amigos, por uno mismo, por alguna mascota o incluso el amor por alguna cosa, idea, símbolo, afiliación o convicción.
Podemos definir al amor, a grosso modo como un sentimiento que se encuentra estrechamente relacionado con el afecto y el apego, el cual es capaz de modificar nuestra conducta, pensamiento, emociones y actitudes, llevándonos muchas veces a actuar de formas que de otro modo serían impensables. Nos enfocaremos, por ahora, en el amor de pareja
Filósofos, poetas, románticos, trovadores, pensadores y científicos, se han roto la cabeza mil y un veces en tratar de entender y explicar qué es el amor, sin haber logrado encontrar un consenso que resulte satisfactorio para todos.
Platón desarrolla, como un pionero de los pensadores del amor, hace más de 1600 años, dentro de su texto “El Banquete” la idea de que el amor ocurre en dos niveles distintos: un amor carnal, pasional, mundano y terrenal; y otro amor de orden y pureza divinos, el cual no tiene mucho que ver con el concepción popular del “Amor Platónico”, ya que Platón, en realidad creía que este amor de orden divino solo podía alcanzarse entre personas del mismo género, hombre – hombre, mujer – mujer, en particular en un entorno de enseñanza- aprendizaje, en la subordinación militar o académica. Concepción claramente influenciada por las condiciones sociales y culturales de su época.
Las historias que William Shakespeare escribiera alrededor del año 1600, por su parte, nos transportan a mundos trágicos, cargados de pasión, en donde la imposibilidad de la realización del acto del amor, lleva a sus personajes a tomar vidas, e incluso a sacrificar la propia, prefiriendo cortar de tajo con su existencia, la cual se vuelve miserable al tener que seguir viviendo sin poder amar al ser deseado.
Historias que aún hoy en día, no están tan alejadas de nuestra cotidiana realidad, siendo los crímenes pasionales uno de los principales motivos de las docenas de homicidios que tristemente ocurren a diario en nuestro país y en nuestro estado, con una tasa de feminicidios que resulta alarmante, motivados principalmente por pensamientos del tipo de “si no eres mía, no serás de nadie…”
Arthur Schopenhauer, filósofo del siglo XIX, por su parte, es mucho más severo en su idealización, la cual resulta un tanto pesimista. En su visión, enteramente naturalista, el amor no es más que un medio, una herramienta de la cual la naturaleza echa mano para garantizar la supervivencia de la especie.
“Eso que llamamos amor…” – dice Schopenhauer “… alcanza su más alto poderío cuando la voluntad individual se transforma en voluntad de la especie.”
El justificaba la infidelidad del hombre argumentando que “el amor en el varón es inconstante, pues en el momento en que ya ha obtenido placer, disminuye la fuerza; en cambio, en la mujer crece a partir de ese instante.”
Según este filósofo, es consecuencia del objetivo de la naturaleza que busca el crecimiento más considerable de la especie, ya que el varón requiere de unos minutos para fecundar a la mujer, mientras que la mujer necesita nueve meses para lograr la gestación, tiempo durante el cual debe de garantizar el bienestar de la próxima generación.
La neuropsicología, actualmente trata también de explicar qué es el amor, y lo cataloga de 3 maneras diferentes: El impulso sexual. Según H. Fisher, se desarrolló para motivar la búsqueda de una amplia gama de compañeros reproductivos. Desde el punto de vista hormonal, depende sobre todo de los niveles de testosterona.
El amor romántico consiste en un amor obsesivo y apasionado, se da un aumento de los neurotransmisores dopamina y noradrenalina y un descenso de la serotonina.
Mientras que el apego se basa en sentimientos de tranquilidad, seguridad, comodidad social y unión emocional con una pareja de larga duración. Se cree que evolutivamente, esta conducta se desarrolló para motivar el mantenimiento de una afiliación con un compañero reproductivo por lo menos hasta criar a la descendencia. Está asociado a las hormonas neurotransmisoras oxitocina y vasopresina
Si, pero… ¿Y qué es el amor? Podemos resumir hasta este punto, que el amor es la resulta de un coctel de hormonas y neurotransmisores, actuando sobre áreas específicas de nuestros cerebros, detonando un abanico de emociones y sentimientos, de cualidades tanto carnales como divinas, capaces de motivarnos a realizar los actos más heroicos y nobles, así como los más viles y miserables que jamás hayamos imaginado; sentimientos capaces de mover ejércitos y enfrentar a unos contra otros en duelos a muerte en defensa del honor y del “amor verdadero”; sentimientos que se subliman en la virtud de las expresiones artísticas una y otra vez, recurso inagotable para los poetas, músicos, pintores y escultores, tema central de inspiración para incontables obras y novelas, así como de esta nota; y todo esto, con la finalidad oculta, de preservar la especie humana.
Lope de Vega (1562-1635) lo define puntualmente en su soneto:
Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso: no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso: huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor suave, olvidar el provecho, amar el daño: creer que el cielo en un infierno cabe; dar la vida y el alma a un desengaño, ¡esto es amor! quien lo probó lo sabe.
El amor es más que nada una idea, una suerte de enfermedad que modifica nuestra forma de ver y entender el mundo, sin que podamos hacer mucho al respecto para evitarlo, siendo sin duda una de las emociones más fuertes que todos experimentamos en diversos momentos de nuestras vidas y de muy diferentes maneras.
No existe un manual para aprender a amar, ni mucho menos para dejar de hacerlo, ni siquiera hay una idea clara de lo que es el amor o de cuáles son los límites de lo que se está permitido hacer en el nombre del amor. Aprender a amar es tarea de cada quien, así como el ejercicio de amar con respeto y responsabilidad. En una sociedad en donde el amor se nos escurre a diario como agua entre los dedos.
¿Para ustedes qué es el amor? ¿Qué serían capaces de hacer por amor?
Twitter: @RAriceaga