El Departamento de Justicia de Estados Unidos y el FBI dieron carpetazo esta semana al caso de Jeffrey Epstein, el millonario acusado de abuso sexual y tráfico de menores. La decisión provocó una fuerte reacción entre las bases del movimiento MAGA (Make America Great Again), cercanas al expresidente Donald Trump, quienes se sienten traicionadas y exigen respuestas.
Durante años, este sector alimentó teorías conspirativas sobre la existencia de una lista secreta con nombres de figuras poderosas que supuestamente asistieron a las fiestas de Epstein y fueron parte de su red de explotación. Sin embargo, las autoridades concluyeron que no hay evidencia de dicha lista y que Epstein, como se dijo desde el principio, se suicidó en prisión.
Ante los cuestionamientos, Trump reaccionó a la defensiva durante una conferencia: “¿Todavía estamos hablando de ese tipo? Es increíble”, dijo molesto. Su comentario encendió aún más el enojo entre los seguidores del movimiento, que durante mucho tiempo vieron en Trump una figura que destaparía toda la verdad del caso.
La fiscal general Pam Bondi también ha sido blanco de críticas. En febrero, aseguró en una entrevista con Fox News que tenía la supuesta lista en su escritorio, e incluso convocó a influencers de derecha a la Casa Blanca para entregar un informe que, al final, no reveló nada nuevo. Ahora, muchos la acusan de mentir.
El jefe del FBI, Kash Patel, y su segundo al mando, Dan Bongino, también decepcionaron a los seguidores MAGA tras declarar en televisión que Epstein sí se quitó la vida, cerrando definitivamente uno de los temas más polémicos de los últimos años.
El caso Epstein se había convertido en una obsesión para ciertos grupos de ultraderecha, incluyendo QAnon, que han promovido teorías como el “Pizzagate” y otras relacionadas con redes secretas de abuso sexual. Ahora, al ver que no se reveló nada de lo que esperaban, acusan directamente a Trump y su equipo de proteger a personas poderosas.
Incluso Elon Musk insinuó que el Gobierno oculta información porque Trump podría estar implicado, y figuras como Mike Cernovich y Laura Loomer han advertido que este cierre podría afectar seriamente el legado del expresidente si no toma otra postura.
Con este carpetazo, la frustración crece dentro del movimiento MAGA, que ahora duda de quienes antes consideraban sus aliados.
