En pleno Centro Histórico de San Luis Potosí, donde hoy se encuentra el Congreso del Estado, alguna vez se alzó el Cine Azteca, inaugurado el 24 de noviembre de 1928. Este lugar no solo fue el primer espacio diseñado específicamente como sala cinematográfica en el estado, sino también un símbolo cultural y social que marcó a generaciones de potosinos.
Construido por Alfredo Lasso de la Vega, el Cine Azteca se distinguía por su fachada con motivos aztecas y su diseño interior que combinaba modernidad y tradición. Contaba con tres áreas principales para los espectadores: luneta, balcón y la icónica “Gallola”. Durante el intermedio, las luces proyectadas en el techo, sincronizadas con música, ofrecían un espectáculo único que maravillaba a los asistentes.
El Cine Azteca se convirtió en un referente nacional gracias a su impresionante acústica y su arquitectura. En sus pantallas se proyectaron películas nacionales e internacionales, consolidándolo como un punto de encuentro para quienes buscaban entretenimiento y cultura en una ciudad en expansión.
Antes del Cine Azteca, la ciudad contaba con salas improvisadas como el Salón París, ubicado en el Teatro Alarcón, o los efímeros cines Dorado e Imperator, instalados en espacios como el Hotel de Gante y el Edificio Ipiña. Aunque estas primeras salas marcaron los albores del cine en San Luis Potosí, fue el Cine Azteca quien cimentó la tradición cinematográfica en el estado.
A pesar de que el edificio fue demolido, la memoria del Cine Azteca sigue viva entre los habitantes de San Luis Potosí, quienes recuerdan con nostalgia las experiencias vividas en este lugar. Fue más que un cine; representó un punto de encuentro para una ciudad en constante transformación y un símbolo del impacto cultural del séptimo arte en la región.