EL COSTO DEL CHAPULINEO

A lo que te truje, DESTACADOS, OPINIÓN

A LO QUE TE TRUJE
Por Chencha
El fenómeno del “chapulineo” en la política mexicana, donde los alcaldes electos cambian de partido antes de asumir o poco después de iniciar su gestión, ha cobrado relevancia en San Luis Potosí. En los últimos meses, múltiples alcaldes electos en esta entidad han abandonado los partidos por los que fueron elegidos para unirse al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), liderado por el gobernador Ricardo Gallardo Cardona.
Este fenómeno es preocupante por varias razones. Primero, desde una perspectiva democrática, traiciona la confianza de los votantes, quienes eligieron a estos políticos en base a sus promesas y afiliaciones iniciales. Por ejemplo, candidatos de partidos como Morena, Movimiento Ciudadano, o Nueva Alianza, han cambiado de bando al Verde tras recibir “gentiles” invitaciones o una sutil exposición de riesgos al no hacerlo. En varios casos, estos movimientos parecen estar motivados por la cercanía con el poder estatal y la posibilidad de obtener más recursos o favores políticos para sus municipios, como lo han señalado algunos de los alcaldes involucrados, quienes expresaron que prefieren trabajar “de la mano del gobernador” para obtener beneficios para su comunidad.
¿Hasta dónde la gente ha podido establecer en cada municipio su reacción al cambio de ruta de su voto?
¿Los compromisos podrán ser sostenibles cuando se vienen los tiempos de mayor desfío para la administración estatal y una sucesión adelantada desaforutanademente para quienes tienen la presión de haber sido destapados?
Nosotros creemos que desde el punto de vista de los ciudadanos, este tipo de decisiones erosiona la legitimidad del sistema democrático. Cuando un alcalde cambia de partido, los votantes pueden sentir que se traicionan los principios por los que votaron, lo cual mina la confianza en las instituciones y en los procesos electorales. Además, en el contexto de San Luis Potosí, la consolidación del poder en manos de un solo partido puede ser vista como un esfuerzo por eliminar la competencia política y fortalecer el control del PVEM en la región.
En resumen, estos cambios de partido evidencian no solo un oportunismo político, sino también una dinámica de poder que puede alterar la gobernabilidad local. Para los ciudadanos que votaron por un proyecto distinto, estos movimientos pueden ser percibidos como una traición, afectando la credibilidad de los políticos y debilitando el ya frágil sistema de representación en el país.

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