El Radar
Por Jesús Aguilar
Es alarmante la inacción del presidente Andrés Manuel López Obrador y su gabinete ante la captura de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López por parte de las autoridades de Estados Unidos.
Esta situación ha puesto en evidencia la incapacidad del gobierno para manejar la crisis, mostrando un manejo caótico en el que López Obrador quedó atrapado entre sus vínculos con el Cártel del Pacífico/Sinaloa y la presión de la administración Biden para controlar la frontera y la crisis del fentanilo.
Desde la detención de estos narcotraficantes, el presidente se ha mostrado irresoluto y confuso.
Han pasado 12 días desde que Zambada y Guzmán López fueron encarcelados en Estados Unidos, y López Obrador aún no tiene claro qué ocurrió.
Es preocupante que su administración solicite a Washington información sobre la operación, sugiriendo una vulneración de la soberanía nacional. La ausencia de una respuesta eficaz por parte del Ejército y la Marina, que deberían tener control sobre los cielos y aeropuertos del país, resalta la falta de coordinación y la debilidad institucional.
El sexenio de López Obrador ha sido testigo de un aumento significativo en la violencia y la actividad delictiva. Según datos oficiales, los homicidios han alcanzado cifras récord, superando los 36,000 anuales en 2020 y 2021, con una tendencia sostenida de más de 30,000 homicidios al año durante su mandato. La violencia ligada al narcotráfico y la expansión del crimen organizado han sido factores determinantes en esta crisis de seguridad.
Además, la administración ha sido criticada por su aparente colaboración o al menos tolerancia hacia ciertos grupos criminales. La destrucción del aparato institucional, incluyendo la militarización de tareas civiles y el debilitamiento del Centro Nacional de Inteligencia, ha permitido que el crimen organizado se expanda sin control. El enfoque del gobierno ha cambiado de combatir a los cárteles de la droga a reprimir la oposición política, dejando a la ciudadanía en una situación de vulnerabilidad extrema.
El fracaso en la lucha contra el crimen organizado también se refleja en la crisis del fentanilo. A pesar de las advertencias de Estados Unidos y las afirmaciones de ciertos sectores del gobierno mexicano de que se estaba abordando el problema, la producción y tráfico de esta droga altamente peligrosa han seguido aumentando, contribuyendo a una crisis de salud pública y de seguridad.
La administración Biden ha mostrado desconfianza hacia López Obrador, evidenciada por la falta de cooperación y comunicación en asuntos críticos de seguridad. El incidente reciente con la captura de los líderes del Cártel del Pacífico/Sinaloa es un claro ejemplo de la falta de confianza y coordinación entre ambos países. El manejo incompetente de la situación por parte del gobierno mexicano ha dejado al país en una posición desventajosa y ha expuesto las debilidades de su liderazgo.