Antonio Damasio es un neurofisiólogo que dirige el Instituto del Cerebro y la creatividad en la Universidad del Sur de California. Hace ya algún tiempo, llegó a mis manos un libro que fue uno de muchos que he leído sobre el tema: El Error de Descartes, publicado por Drakontos en su versión de bolsillo. En este libro, Damasio explora a través de casos reales y bien documentados cómo se forman las imágenes que percibimos, cómo se depositan nuestros conocimientos, cómo opera la memoria, qué son las emociones y los sentimientos y nos proporciona los conocimientos esenciales sobre el funcionamiento del cerebro.
A través de sus páginas nos ilustra sobre la Frenología, disciplina definida por Franz Joseph Gall hacia 1800 y que estudiaba el funcionamiento de la mente, la cual afirmaba que se podía determinar la naturaleza del carácter de una persona de acuerdo al tamaño y forma de su cráneo o de su mentón, cosa que actualmente se ha comprobado, no es posible. Les pongo una imagen resumida de la división del cerebro en cuestiones de Frenología, que es de lo más curiosa:
Como introducción a su libro, Antonio Damasio nos narra el extraño caso de Phineas P. Gage, quien durante una explosión en una mina fue traspasado por una barra de hierro a través de la cabeza. Después de sobrevivir a tan terrible accidente y de superar las infecciones inherentes a la herida, Gage finalmente puede ser considerado como sano. El problema fue su cambio de personalidad: ya no actuaba como un ser humano normal, su lado animal brotaba a la menor provocación, su lenguaje era procaz y acabó trabajando en un circo al lado de la mujer barbuda y una corte de enanos.
Su gracia fue haber sobrevivido a un accidente que es considerado mortal. ¿Por qué valió la pena estudiar el caso de Phineas P. Gage? Por que de algún modo, él marco los principios del estudio del razonamiento y en particular al razonamiento ligado a las dimensiones personales y sociales. En alguna parte del cerebro se encuentra situado nuestro sentido de la moral, de la ética y del buen comportamiento.
En un contexto como el siglo XIX podremos imaginar la repercusión de estos descubrimientos. La capacidad de realizar buenas elecciones dirigidas a mejorar nuestra vida, nuestro sentido de la responsabilidad, nuestra adaptabilidad a las convenciones sociales y en general, el estudio del comportamiento fueron algunos de los fenómenos analizados posteriormente por los estudiosos del cerebro humano. Es un libro muy recomendable, ya que tiene un lenguaje fácil y entendible, y todos los casos, interesantes y apasionantes. Otro libro, esta vez de ficción que recomiendo sobre el tema de la fisonomía y su relación con el carácter: El dibujante de sombras, de Ana Clavel. Alfaguara.
