La serie se ha convertido en un éxito global y revive una historia cargada de ciencia ficción, memoria histórica y crítica social.
“El Eternauta”, una historia clásica del cómic argentino, ha dado el salto a las pantallas del mundo a través de Netflix, y en pocos días se ha convertido en la serie más vista de la plataforma. Esta producción de seis episodios, completamente en español, combina ciencia ficción, drama y un mensaje de resistencia humana que ha tocado a millones.
La serie arranca con una escena cotidiana: un grupo de amigos juega a las cartas cuando de pronto comienza a caer una nevada letal. Pronto, el grupo se da cuenta de que enfrentan una amenaza mucho mayor: una invasión alienígena. Así comienza una lucha por sobrevivir en una ciudad devastada, Buenos Aires.
Aunque está ambientada en un escenario de ciencia ficción, la historia tiene profundas raíces en la historia argentina. El cómic original fue escrito por Héctor Germán Oesterheld en 1957, quien años después fue desaparecido por la dictadura militar junto con sus cuatro hijas. La adaptación actual, encabezada por su nieto Martín Oesterheld, busca mantener viva su memoria y mensaje.
Una producción fiel a sus orígenes
Martín Oesterheld, productor ejecutivo y consultor creativo de la serie, aseguró que desde el principio decidieron mantener todo lo más argentino posible: la historia debía hablar español, tener actores locales y desarrollarse en Buenos Aires. Así, se ve a los personajes jugando al truco, bebiendo mate y enfrentando el caos en calles que cualquier argentino reconoce.
Netflix apostó fuerte por esta producción. Aunque no se reveló el presupuesto exacto, se sabe que participaron más de 2,900 personas y se invirtieron 34 millones de dólares en la economía argentina. El resultado fue una historia con efectos especiales de alto nivel, que ha conectado con audiencias dentro y fuera del país.
Un mensaje más actual que nunca
Además del suspenso y la acción, “El Eternauta” ha despertado reflexiones profundas entre los argentinos. En el contexto actual del país, marcado por recortes económicos y tensión social bajo el gobierno de Javier Milei, la frase clave de la serie —“Nadie se salva solo”— se ha convertido en símbolo de unidad.
Esta misma frase fue vista en pancartas durante una protesta de jubilados, incluso algunos manifestantes usaron máscaras de gas como las que aparecen en la serie para protegerse de los gases lacrimógenos.
Entre la ficción y la memoria
La serie también ha reavivado la historia real detrás del cómic. En Buenos Aires, aparecieron carteles con las fotos de Oesterheld, sus hijas y los nietos desaparecidos que podrían haber nacido en cautiverio. La organización Abuelas de Plaza de Mayo aprovechó el boom de la serie para pedir ayuda al público y seguir buscando a los nietos robados durante la dictadura.
Gracias a esta exposición, cientos de personas se han acercado con dudas sobre sus propias historias familiares. Muchos ahora sospechan que podrían ser hijos o nietos de desaparecidos, y buscan respuestas.
“El Eternauta no es solo ciencia ficción. Es un mito moderno, una historia que pasa de generación en generación y que hoy, más que nunca, tiene algo que decir”, concluyó Martín Oesterheld.
