Es muy común que el plástico de burbujas que revientan se haga presente a la hora de empacar algún artefacto delicado a la hora de una mudanza, o para enviar un paquete a un destino lejano. Y admitámoslo, casi nadie ha soportado la tentación de tomar unos cuántos centímetros de él para reventar una que otra burbuja y sentir esa reconfortante sensación.
El invento, que se remonta a finales de los años 50 no estaba en realidad pensado para funcionar como una infalible manera de evitar accidentes, sino que pretendía ser una especie de papel tapiz con un efecto llamativo. Fue en los años sesenta, cuando el mundo conoció al plástico de burbujas gracias a la compañía Sealed Air.
El fabricante se encuentra constantemente en líos, pues el volumen que ocupan los rollos del plástico de burbujas para su transporte, son enormes. Impidiendo que el fabricante pueda transportarlo a más de 250 kilómetros de distancia, y esto resulta en que las empresas grandes de paquetería busquen alternativas.
Pensando en este problema, Sealed Air ha pensado en que la solución más viable es retirar las burbujas, creando una versión también rellena del plástico, pero totalmente plana, de tal manera resultará más sencillo llevar lotes de este material y alcanzar distancias mucho más largas, sin mencionar el ahorro de espacio.
Esta es una mala noticia para todos aquellos que utilicen las pequeñas burbujas como terapia anti-estrés; será mejor que vayan buscando una nueva opción.
Con información de: Código Espagueti