El gabinete Oblómov

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Astrolabio

Leyendo el Dietario voluble de Enrique Vila-Matas, topé con un fragmento que alude a un personaje de una ficción que como gesto preferido tiene “bostezar siempre y encogerse de hombros”. Oblómov es el nombre del protagonista de la novela más popular del escritor ruso Iván Goncharov. Su característica distintiva es una empeñosa vocación por quedarse en la cama para evitar los problemas, pues supone que si no sale de su habitación la realidad que acontece afuera no podrá rebasar el confort hermético de sus cuatro paredes. De temperamento apocado, superfluo y en permanente estado de dubitación, esta creatura literaria de Goncharov le regaló al mundo su nombre para denominar ese síndrome pachorrudo en que “Estar tumbado no era para Oblómov una necesidad como lo es para el enfermo o para el que tiene sueño, ni una casualidad como para el que está cansado, ni siquiera un placer como para el perezoso: era su estado normal. ” ¿Verdad que la asociación con el gabinete estatal es inevitable? Porque si hay una característica que distinga e identifique a los autodenominados “altos funcionarios” de Toranzo (además de cobrar puntualmente, no altos, sino altísimos salarios, quincenalmente y compensaciones estratosféricas según una multicitada dirigente sindical) es una proverbial actitud de lasitud y retraimiento. Por ejemplo, recuerda ¿Qué decisiones o medidas se tomaron en la Secretaría de Seguridad Pública frente a la “Masacre de abril”, como para suponer que habrá justicia para los asesinados y que este tipo de hechos no vuelvan a ocurrir en ningún centro de readaptación social? Exacto. No se tomaron, o si se tomaron no fueron informadas a la sociedad por parte de quienes tenían la responsabilidad de que ello no ocurriera, y que después de la “exhaustiva investigación” que enérgicamente le ordenó realizar el médico Toranzo a la Procuraduría, los altos responsables siguen en sus puestos realizando las mismas actividades y con el mismo estilo que hasta antes de los penosos incidentes mencionados. De la Oficial Mayor no se habla en los medios salvo para recibir los insultos o epítetos de “aviadora”, sin que hasta la fecha se haya ocupado de exponer pública, clara y convincentemente la postura gubernamental frente al plantón y negociación salarial con los trabajadores sindicalizados. En medio del peor conflicto de la dependencia ¿No es mala estrategia refutar que te digan omisa, estándolo? La Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas, famosa por la inmaculada, excelsa y nimbada honestidad y pulcritud con que maneja sus procedimientos administrativos y financieros, hace meses o quizá años, que no presenta política o programa estratégico alguno. Lo que Jose Mario de la Garza exigía era que se cortaran las uñas, no las manos. Las inversiones por lo único que brillan son por su ausencia. Todos los probables arribos de macro inversiones han devenido en estrepitosos fracasos. El titular de Desarrollo Económico es tan perfectamente consciente de que no es capaz de gestionarlas con sus propios medios que ya endilgó en la Federación la responsabilidad de que las grandes empresas automotrices se instalen en la entidad. ¿De qué se va a ocupar él entonces? En la Secretaría de Finanzas tienen un problema bastante serio. Ahí sí resulta comprensible el recogimiento espiritual en el que se encuentran. Porque dígame si no debe ser una epopeya hacer parecer al gobierno como menesteroso cuando el presupuesto que tiene para ejercer este año rebasa los ¡31 mil millones de pesos! Pongo un dato como referencia, en el último año del gobierno anterior, el presupuesto era de 24 mil millones de pesos. En 4 años, el financiamiento público del gobierno ha aumentado en 6 mil millones de pesos, es decir 25% respecto del 2009: esto es el equivalente a que Toranzo hubiera solicitado un crédito de 1,500 millones de pesos cada año de su, llamémosle, gobierno. Culturalmente, apenas les da para realizar festivales que son fácilmente opacados por la feria municipal contigua. Del titular de ramo se supo de un escándalo jurídico al darse a conocer su nombramiento y luego, mutis absoluto como casi todos. Y en materia deportiva sin ir más lejos. San Luis Potosí está a punto de quedarse sin equipo de primera división y acaso recuerda que el director del Instituto Potosino del Deporte (en caso de que usted sí sepa su nombre) se haya pronunciado al respecto o siquiera se ponga a trabajar en un proyecto alternativo que permita amortiguar el efecto de esta decisión. Se manda y no se acata. Se inspira poco y se aspira a menos. Aquella metáfora del gobernador pujante y el gabinete lastre no le pide nada a esta postal de cementerio ferroviario abandonado. Obvio, en política todos los espacios se ocupan. Un Cándido que no lo es, es quien realmente gobierna con la autoridad a la que el otro renuncia, enterrando un proyecto que no acabó por nacer. Habrá que pagar plañideras porque ni piensen que estos señores van a llorar.   Oswaldo Ríos. Twitter: @OSWALDOR10S]]>

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