El Hijo del Santo, una figura emblemática de la lucha libre con 42 años de trayectoria, está enfrentando el desafío emocional de prepararse para su retiro del ring. Después de una carrera llena de triunfos y desafíos, el icónico luchador está comenzando a aceptar que el fin de su tiempo en el cuadrilátero se acerca.
El luchador, conocido por sus impactantes movimientos y su emblemática máscara, está viviendo un periodo de emociones encontradas. “Siento tristeza, nostalgia y un poco de emoción por lo que se viene. No es fácil, porque estoy cerrando un ciclo en mi carrera y en mi vida personal”, explicó. A partir del 22 de septiembre, El Hijo del Santo comenzará su despedida en la Arena Ciudad de México, un momento que promete ser emotivo.
Comparando su debut con su despedida, El Hijo del Santo señala que el final es mucho más complejo. “El debut es como un nuevo comienzo, lleno de incertidumbres y posibilidades, pero ahora, al enfrentar el retiro, estoy lidiando con lágrimas y nostalgia”, añadió. Al mirar hacia su colección de trofeos y recuerdos en su santuario personal, el luchador experimenta una profunda tristeza al ver cómo se cierra un capítulo importante de su vida.
Para manejar este proceso, El Hijo del Santo ha estado asistiendo a terapia. “Lo he tenido que trabajar con mi terapeuta para entender que es un proceso natural. Todo principio tiene un fin, y aunque no se trata de la muerte física, es el fin de algo que me apasiona profundamente”, comentó en una entrevista.
Aunque el dolor de dejar el ring es significativo, El Hijo del Santo planea mantener una conexión con el mundo del wrestling a través de su personaje icónico.