El Hijo del Santo: El legado de una leyenda que se retira

A sus 61 años, El Hijo del Santo ha decidido poner fin a su carrera en la lucha libre. Tras más de cuarenta años en el ring, anunció su retiro y una gira de despedida que lo llevará por diversas ciudades tanto nacionales como internacionales. La noticia se dio a conocer a principios de esta semana desde la capital del país.

Como su padre, el legendario Enmascarado de Plata, El Hijo del Santo ha construido una carrera destacada en la lucha libre, ganando múltiples torneos y siendo considerado una figura clave en este deporte. Ahora, opta por dejar el ring para llevar una vida más tranquila.

El anuncio ha provocado numerosas reacciones entre los aficionados, quienes recuerdan el impacto cultural de su padre, no solo en la lucha libre, sino también en el cine y la televisión, convirtiéndose en un ícono de la cultura popular.

Una despedida anticipada

El Hijo del Santo recuerda cómo la muerte de su padre marcó un punto de inflexión en su vida. Desde joven, estuvo inmerso en el mundo de las luchas y aprendió a defenderse de las burlas escolares mencionando la identidad de su padre. Con el tiempo, siguió sus pasos y logró un lugar destacado en el deporte.

En 1984, a los 21 años, mientras se preparaba para un evento en Acapulco, tuvo una conversación con su padre, el Señor Guzmán, quien le advirtió sobre los peligros de su viaje. Días después, mientras disfrutaba de la playa, recibió la noticia de que su padre había fallecido. Este momento lo recordó en una entrevista con Yordi Rosado, donde compartió que no comprendió en ese entonces que su padre se estaba despidiendo de él.

El legado continúa

Después de la muerte de su padre, El Hijo del Santo decidió continuar con el legado que le había dejado. En una entrevista, confesó que fue su propio padre quien le pidió que mantuviera vivo el personaje después de protagonizar juntos su primera película.

Desde entonces, no solo continuó su carrera, sino que también rindió homenaje a su padre, erigiendo una estatua en Tepito en su honor. Aunque enfrentó desafíos, incluyendo la falta de confianza de los medios de comunicación, el apoyo y la inspiración de su padre lo motivaron a esforzarse y desarrollar su propio estilo en el ring.

“El personaje me ha dado todo, la oportunidad de cumplir mis sueños y de ser un luchador profesional. Pero creo que el Hijo del Santo le debe más al señor Guzmán, porque yo le doy vida en el ring. Es una dualidad muy divertida. Hasta eso nos caemos bien”, expresó en una entrevista para el diario ESTO.

Así, El Hijo del Santo se despide de los cuadriláteros, dejando atrás una carrera brillante y un legado que seguirá vivo en el corazón de los aficionados a la lucha libre.

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