Una modelo de cuerpo sensual y mente inteligente pareciera darse una vez en un millón. Cindy Crawford es una de ellas. Su rostro ha aparecido en centenas de títulos internacionales y, en la cúspide de su carrera, fue señalada como la mujer más guapa y deseada de América.
Nacida en 1966 en Illinois, Estados Unidos, Cynthia Ann Crawford -su nombre real- fue una estudiante destacada durante su adolescencia, lo que la llevó a ganar una beca para estudiar ingeniería química en Chicago.
Sin embargo, decidió abandonar la escuela para perseguir el sueño de ser modelo. A la edad de 20 años consiguió su primera portada para la revista Vogue, siendo fotografiada por Richard Avedon.
En 1988 se atrevió a posar para la revista Playboy. Al cuestionarle sobre su decisión, la maniquí señaló que lo hacía “para llegar a nuevos públicos. Afrontémoslo, la mayoría de los universitarios no compra Vogue”.
Crawford firmó al año siguiente un contrato millonario con la empresa de cosméticos Revlon, relación que se mantuvo por más de 11 años. En 1991, esta beldad vivió uno de los momentos cumbre de la era de las supermodelos: caminó abrazada de sus colegas Naomi Campbell, Linda Evangelista y Christy Turlington en el desfile de la firma Versace.
TODO POR UN LUNAR
Lo que en un principio fue señalado por muchos como un defecto, pronto se convirtió en su rasgo característico. La imperfección localizada a unos centímetros de su labio superior fue explotada por diversas marcas.
Su cuerpo envidiable y sex appeal la llevaron a ser considerada la mayor vendedora de pósters, calendarios y videos de ejercicios. Gracias a su poderío comercial, Vanity Fair se refirió a ella en una ocasión como “Cindy, Inc.”.
Respecto al plano personal, la norteamericana estuvo casada durante cuatro años con el actor Richard Gere. Con su actual pareja, el empresario Rande Gerber, ha procreado a un niño y una niña.
Hace unas semanas, en el marco del Festival de Cannes, la modelo dio muestra de su conservada figura al lucir impactante en un vestido escotado de Roberto Cavalli. Como los buenos vinos, la belleza de Cindy Crawfordentre más añeja, mejor.
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