El millonario legado de Chespirito: ¿quién maneja su fortuna hoy?

ESPECTÁCULOS, SHOW

A casi una década de su fallecimiento, el legado de Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito, sigue generando preguntas, emociones… y también ingresos. Su obra no solo marcó a millones con personajes entrañables como El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado, sino que también se convirtió en un negocio millonario que continúa vigente.

Uno de los temas que más ha dado de qué hablar en los últimos años es el reparto de su herencia. Roberto Gómez Bolaños dejó una fortuna valorada en 50 millones de dólares, que incluye regalías por derechos de autor, propiedades inmobiliarias en México y el extranjero, cuentas bancarias y beneficios por la venta de productos relacionados con sus personajes. Estos ingresos aún se mantienen, gracias a la transmisión de sus programas en canales internacionales y plataformas digitales.

La mayor parte de esa herencia fue distribuida entre sus seis hijos: Roberto, Graciela, Marcela, Paulina, Teresa y Cecilia Gómez Fernández, fruto de su primer matrimonio con Graciela Fernández. Según versiones extraoficiales, se buscó que todos recibieran una parte justa, incluyendo ganancias futuras por derechos de autor.

Por su parte, Florinda Meza, su esposa hasta el día de su muerte y actriz clave en varias de sus producciones, también recibió una parte importante del legado. Además de ser su compañera sentimental, fue también su socia creativa y administradora de varios proyectos. Se estima que hoy en día, Meza posee una fortuna de 20 millones de dólares. Algunos reportes indican que incluso tendría control sobre una parte significativa de los derechos de los personajes, aunque la familia nunca ha confirmado los porcentajes exactos.

En este 2025, el interés por la vida y obra de Chespirito ha renacido gracias a una serie biográfica producida por Prime Video, lo que ha hecho que muchas personas vuelvan a preguntar: ¿quién se quedó con su dinero?, ¿quién maneja sus personajes?, ¿quién gana con su legado?

La respuesta es compleja, pero una cosa es clara: el nombre de Roberto Gómez Bolaños sigue siendo sinónimo de entretenimiento, nostalgia y también de millones en movimiento. Su impacto no solo es cultural, sino también económico, y su herencia es un ejemplo de cómo el talento puede perdurar más allá de la vida.

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