El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, podría tener que responder a las preguntas de los investigadores suizos que analizan el controvertido proceso de asignación de sedes para los Mundiales de 2018 y 2022 en el que salieron airosos Rusia y Qatar.
El fiscal general de Suiza, Michael Lauber, dijo a los periodistas en la ciudad suiza de Berna este miércoles que no descartaba entrevistar a Blatter ni al secretario general, Jerome Valcke, conforme ahondan en las investigaciones.
Las autoridades suizas habían señalado que Blatter, quien anunció que renunciaría a la presidencia, no era parte de la investigación.
Lauber también advirtió que sería una investigación prolongada y que las leyes suizas impiden que revele detalles sobre ella a pesar de que reconoció que había un “enorme” interés público en el caso.
“El mundo del futbol necesita ser paciente. Por su naturaleza, esta investigación tomará más que los legendarios 90 minutos”, dijo, refiriéndose a la duración de un partido de futbol.
Lauber agregó que hasta ahora, “la investigación es muy compleja y bastante sustanciosa. Para darles un ejemplo, la Oficina Suiza del Fiscal General ha confiscado alrededor de nueve terabytes de datos”.
Además, la justicia suiza investiga 53 relaciones bancarias “sospechosas” que podrían tener relación con la FIFA. “Unas 104 relaciones bancarias están bajo investigación, además de que los bancos han informado de 53 casos sospechosos”, dijo, según AFP.
Sin embargo, Lauber declinó especificar los montos involucrados y dijo que algunas actividades sospechosas podrían implicar bloqueo de fondos.
La FIFA ha estado envuelta en el escándalo desde que Estados Unidos consignó en mayo a 14 personas por corrupción, incluidos nueve altos funcionarios de la FIFA.
La investigación suiza corre en paralelo con la investigación estadounidense, aunque son independientes, señaló Lauber. Esto significa que la información que sus investigadores analicen no se compartirá automáticamente con los estadounidenses.
Suiza inició sus indagatorias en marzo con base en pruebas procedentes de un informe que el exfiscal federal estadounidense, Michael Garcia, recabó para la FIFA y en información del Departamento de Justicia de Estados Unidos, así como en actividades bancarias sospechosas, señaló.
El hermetismo de la investigación tiene en parte el fin de prevenir que se pierdan las pruebas, dijo, ya sea a través de la pérdida de expedientes o de que la gente hable entre sí antes de que los entrevisten formalmente.
En Estados Unidos, los fiscales argumentaron que los funcionarios de la FIFA aceptaron más de 150 millones de dólares (unos 2,250 millones de pesos) en sobornos para otorgar “derechos lucrativos de comercialización y transmisión” en torneos de futbol.
La FIFA insiste en que cualquier presunto ilícito concierne a los individuos y no a la organización como un todo y señaló que no hay bases legales para que le quiten el Mundial de 2018 a Rusia, ni el evento de 2022 a Qatar.
Sin embargo, Valcke anunció la semana pasada que la FIFA “pospondría” el proceso de selección de sede para el Mundial de 2026, mientras continúan las investigaciones sobre los presuntos sobornos que ayudaron a designar las sedes de los Mundiales previos.
Con información de: CNN