El mundo está envejeciendo… ¿y ahora qué?

Letras Económicas, OPINION

Letras Económicas
Por José Claudio Ortiz
Cada vez vivimos más años… pero también nacen menos niños. Este fenómeno, conocido como envejecimiento demográfico, ya no es una predicción para el futuro: está sucediendo ahora, en prácticamente todo el mundo.
Más de la mitad de los países del planeta, donde habita el 66% de la población mundial, tienen hoy tasas de natalidad tan bajas que, si no cambian, sus poblaciones no solo se volverán más viejas, sino que empezarán a reducirse en pocos años. ¿Qué significa esto? Que habrá más personas mayores que jóvenes, y eso trae consigo una serie de retos —y también oportunidades— para nuestras economías y estilos de vida.
¿Por qué está envejeciendo la población? Este cambio tiene dos grandes razones:
Se tienen menos hijos. Antes, era común ver familias con tres, cuatro o más hijos. Hoy, muchas mujeres optan por tener solo uno o dos, o incluso ninguno. En gran cantidad de países, este cambio ha sido muy rápido.
Vivimos más años. Los avances médicos, una mejor alimentación y una mayor conciencia sobre la salud han hecho que la esperanza de vida aumente. Y aunque eso es una excelente noticia, también significa que tenemos más personas mayores que necesitan atención, cuidados y pensiones.
¿Cómo nos afecta esto?
Un mundo con más abuelos que nietos cambia muchas cosas, especialmente en la economía. Aquí van algunos de los impactos más importantes:
Menos trabajadores: Si hay más personas en edad de retiro y menos jóvenes entrando al mercado laboral, habrá menos manos para producir, atender negocios y sostener el crecimiento económico.
Más gastos públicos: Los gobiernos deberán destinar una mayor parte del presupuesto a pagar pensiones, atender hospitales y ofrecer cuidados para los adultos mayores. Esto puede generar déficits o llevar a que se aumenten los impuestos.
Cambios en el consumo: Una sociedad con más personas mayores no gasta igual que una sociedad joven. Se reducen los gastos en cosas como educación o vivienda, y aumentan los relacionados con salud, medicamentos y servicios personales.
Productividad en riesgo: Aunque muchas personas mayores siguen siendo activas y productivas, a veces puede costar más adaptarse a nuevas tecnologías o a trabajos físicamente exigentes.
Para dar una idea clara: por cada aumento del 10% en la población mayor de 60 años, el ingreso promedio por persona podría caer hasta un 5.5%, según estimaciones internacionales. En otras palabras, si no actuamos, todos podemos salir perdiendo.
¿Qué se puede hacer?
La buena noticia es que no estamos condenados a enfrentar una crisis si actuamos con inteligencia y visión de futuro. Estas son algunas acciones que ya se están aplicando en varias partes del mundo:
Reformar los sistemas de pensiones para que sean sostenibles y justos. No se trata de quitar beneficios, sino de asegurarse que el sistema pueda mantenerse en pie por más tiempo.
Aprovechar la experiencia de los mayores. Muchos adultos mayores quieren y pueden seguir trabajando, sobre todo si se les brinda capacitación y flexibilidad.
Apoyar a las familias jóvenes. Guarderías gratuitas, horarios flexibles o apoyos económicos pueden motivar a más parejas a tener hijos sin que eso signifique un sacrificio económico enorme.
Invertir en salud y educación. Una población sana y bien preparada es capaz de ser productiva por más tiempo, y de adaptarse mejor a los cambios que vendrán.
Conclusión:
¿Problema o nueva oportunidad? Envejecer no tiene por qué ser una crisis. Es, en realidad, el resultado de avances importantes en salud y calidad de vida. Pero sí representa un cambio profundo en la forma en que organizamos nuestras economías, nuestras ciudades y nuestras familias.
Si dejamos que el tiempo pase sin hacer nada, los problemas llegarán solos. Pero si planeamos desde ahora, con políticas públicas bien pensadas y una actitud de solidaridad intergeneracional, podemos construir un futuro donde las personas mayores sean vistas no como una carga, sino como una fuerza valiosa que sigue aportando.
El reto no es evitar el envejecimiento. El verdadero reto es adaptarnos a él con inteligencia, empatía y visión de largo plazo.
Te deseo un excelente miércoles y te espero la próxima semana
@jclaudioortiz

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