En el primer periodo ordinario de la LXIII Legislatura en la Cámara Baja –con la que empezó el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador–, el 90 por ciento de los diputados faltó a votación al menos una vez y 10 legisladores se ausentaron en más de la mitad de las 44 votaciones efectuadas. La lista de los más faltistas la encabezan Jorge Emilio González Martínez, el llamado “Niño Verde” del PVEM (40 de 44), y los morenistas Gabriela Cuevas Barrón (29) y Porfirio Muñoz Ledo (28).
El 90 por ciento (450 de 500) de los diputados de la nueva Legislatura del Congreso de la Unión faltó, cuando menos una vez, a una de las 44 votaciones del primer periodo ordinario, transcurrido entre el 13 de septiembre y el 23 de diciembre de 2018, según datos de la Gaceta Parlamentaria.
Pero el Diputado del Partido Verde Jorge Emilio González Martínez, mejor conocido como “El Niño Verde”, se lleva las palmas. Fue el que más inasistencias tuvo: faltó a 40 de 44 votaciones. González no tuvo necesidad de solicitar un sólo voto en las calles para las elecciones del pasado 1 de julio: se hizo Diputado federal gracias a que estaba en la lista de plurinominales de su partido.
En cada una de las 44 votaciones faltaron, en promedio, 22 legisladores del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), 19 del Partido Acción Nacional (PAN), siete del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuatro de Movimiento Ciudadano (MC) y cuatro del Partido del Trabajo (PT), así como tres del Partido de la Revolución Democrática (PRD), dos del Partido Encuentro Social (PES) y dos del Partido Verde Ecologista de México(PVEM).
No obstante, las bancadas con mayor proporción de diputados faltistas son las del PVEM, MC, PAN y PRD, cuyos legisladores, en su totalidad, faltaron a cuando menos una de las votaciones. Le siguen los del PRI (98 por ciento faltó una vez), PT (96), PES (83) y Morena (82 por ciento).
En cuanto al número de faltas por Diputado faltista, la mayor proporción es la de los legisladores del PAN, con un promedio de 11 faltas por Diputado. Le siguen los del PVEM (nueve), PRI y PT (siete por legislador, por partido), además de MC y PRD (seis), Morena (cinco) y PES (cuatro faltas por legislador faltista).
Pese a que sería “deseable” que los legisladores estuvieran presentes en todas las sesiones en que haya votación, ya que “esa es la forma en que se expresa la voluntad de la ciudadanía a través de sus representantes”, la afectación al proceso legislativo por la inasistencia de los diputados “es mínima” ya que, por lo general, el número de ausencias no genera un riesgo de suspensión de la sesión por falta de quórum, dijo a SinEmbargo el doctor Khemvirg Puente Martínez, especialista en Estudios Parlamentarios del Centro de Estudios Políticos (CEP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con el Artículo 63 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, “las Cámaras no pueden abrir sus sesiones ni ejercer su cargo sin la concurrencia, en cada una de ellas, de más de la mitad del número total de sus miembros”. Esto implica que la Cámara de Diputados puede celebrar votaciones válidas en presencia de 251 (de 500) legisladores.
La última ocasión en que los diputados suspendieron una sesión por falta de quórum fue el 19 de abril de 2018, cuando sólo asistieron a votación 221 legisladores de la LXIII Legislatura (2015-2018).
LAS FALTAS
Durante el primer periodo ordinario de la nueva Legislatura (2018-2021), en promedio, faltaron 64 diputados por sesión de votación. Inclusive, en la última votación del 23 de diciembre de 2018, cuando fue registrado el mayor número de ausencias (190), existió quórum suficiente para validar la sesión.
A pesar de que en México son “muy pocas” las sesiones suspendidas por falta de quórum, la falta de transparencia es un problema que impide saber si las ausencias están o no justificadas. Si es por irresponsabilidad, por estrategia –como cuando hacen quórum sin votar– para evitar asumir costos políticos, o porque están desempeñando otras actividades relacionadas con su función pública, dijo a SinEmbargo Puente Martínez.
De acuerdo con el artículo 48 del Reglamento de la Cámara de Diputados, las faltas de los legisladores son justificables en caso de enfermedad, gestación y maternidad, o por el “cumplimiento de encomiendas autorizadas por el Pleno, la Junta, la Mesa Directiva, el Coordinador o alguna comisión a la que pertenezca”. Y según su numeral tres, por “ningún motivo se podrán justificar las inasistencias cuando se trate de asuntos de carácter personal”.
El presidente de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Profirio Muñoz Ledo, fue la tercera persona con más faltas (28) en los tres primeros meses en funciones de la LXIV Legislatura. Empero, por su posición, tuvo que asistir a varios eventos políticos, diplomáticos y culturales que se atravesaron con el proceso de votación.
El 13 de noviembre de 2018, por ejemplo, Muñoz Ledo no asistió a una de las cuatro votaciones efectuadas. Ese mismo día (boletín 0475 de la Cámara de Diputados) el morenista sostuvo una reunión con Homer Mavrommatis, Embajador de Chipre en México, para negociar medidas de fortalecimiento de las relaciones parlamentarias entre ambas naciones.
En la mayor parte de los casos no podemos saber (a cabalidad) las razones de ausencia. ¿Por qué el Diputado Jorge Emilio González Martínez faltó a 40 de 44 votaciones?; o la justificación de la morenista Gabriela Cuevas Barron, quien faltó en 29 ocasiones.
“En todo caso –explicó Puente– a lo que tendrían que estar obligados los legisladores es a informar cuándo van a estar ausentes y las razones [para ello]. Sin embargo, hemos visto que no hay muchas justificaciones de algunas de esas faltas […]. En todo caso, tendría que ser la mesa directiva –presidida por Muñoz Ledo– la que informara las ausencias y los descuentos respectivos cuando no se justifican esas faltas”.
Según los boletines (0137, 0331, 0594 y 0609) de la Cámara de Diputados, entre septiembre y diciembre de 2018, nueve legisladores (seis de Morena, uno de MC, uno del PT y uno más del PVEM) obtuvieron licencia para ausentarse de su cargo.
Además, las cifras más recientes del “Estadístico de Licencias, Reincorporaciones y tomas de protesta” indican que, hasta agosto de 2018, habían 239 diputados con “licencia aprobada”, así como 160 “reincorporaciones” (de licencia) y 68 “diputados suplentes en funciones”.
LOS MÁS AUSENTES
De los 10 diputados que más faltaron, cuatro fueron de Morena, cuatro del PAN, uno del PRI y uno más del PVEM.
“El Niño Verde” tuvo mas faltas (40) que ningún otro legislador, seguido de los morenistas Gabriela Cuevas Barrón (29) y Porfirio Muñoz Ledo (28). A ellos suceden las morenistas Carmen Patricia Olvera Palma y Erika Vanessa Del Castillo Ibarra (25 cada una), el priista Luis Enrique Miranda Nava (24) y los panistas Ernesto Ruffo Appel (22), Juan Carlos Muñoz Márquez (22), Marcos Aguilar Vega y María del Rosario Guzmán Avilés (21 cada uno).
Estos 10 casos representan al 2.2 por ciento del total de diputados (405) que faltaron cuando menos a una sesión de votación. En contraste, el 11.8 por ciento (53 de 450) de los legisladores faltó una sola vez.
Del resto, la mayor parte (44.7 por ciento o 201 de 450 diputados) faltó de dos a cinco veces, además de un 25.6 por ciento (115) que se ausentó de seis a 10 veces, y de un 15.8 por ciento (71) que faltó entre 11 y 20 veces.
Debido a la forma de operar del Congreso de la Unión, es muy difícil que un legislador que tiene que ausentarse pueda anticipar su falta y emitir su voto.
En otros países, explicó el doctor Khemvirg Puente Martínez, es ejercido el voto por vía remota. “Pero esto ha generado algunas dificultades porque se debe de garantizar que sí sea, efectivamente, el legislador el que vote”.
En México, según Puente, existen casos en los que el voto a distancia es habilitado (por enfermedad, maternidad o paternidad, por ejemplo). Sin embargo, dijo que es una práctica limitada, ya sea por los recursos disponibles (tecnología) para su aplicación, o por la lógica tradicional (presencial) del voto en las cámaras.
A pesar de que los legisladores cuentan con suplentes, éstos no pueden votar por el titular del escaño porque dicho proceso requiere de dos trámites: uno de solicitud de licencia y otro de toma de protesta del legislador suplente.
En ese sentido, el investigador de la UNAM indicó que los suplentes no funcionan para cubrir emergencias y que, tratándose de actores políticos con otra función además de la suplencia –suelen ser regidores, presidentes municipales, funcionarios de partido y/o públicos, entre otros–, tendrían que pedir licencia al cargo del que dispongan y después solicitar la titularidad (de manera temporal o indefinida) del escaño.
Sin importar la causa y las consecuencias en los procesos legislativos, Puente enfatizó que, en todo caso, los diputados “tienen que hacerse responsables tanto de sus votos y de su presencia, como de sus ausencias”.
LA NUEVA LEGISLATURA
En el primer periodo ordinario de la LXIV Legislatura (2018-2021) hubo 15 sesiones (de un total de 67) con votación. Y en promedio, hubo tres votaciones por sesión y 64 legisladores faltistas, así como 50 diputados que no faltaron una sola vez. De ellos, 42 son de Morena, seis del PES, uno del PRI (Dulce María Sauri Riancho) y uno del PT (Margarita García García).
Para el doctor Khemvirg Puente Martínez, la nueva Legislatura tuvo un inicio “accidentado” y “quizá mucho menos productivo” que otras legislaturas. Esta circunstancia, dijo, podría explicarse por el reciente cambio de gobierno y las modificaciones de carácter administrativo que conllevó en las cámaras.
Por un lado, Morena y sus aliados tuvieron dificultades para “asumirse como mayoría y tomar las riendas de la actividad legislativa”. Por el otro, a la oposición también le costó trabajo asumirse como oposición.
Sin embargo, Puente confió en que la situación se regularice a partir del segundo periodo ordinario, cuando las bancadas “ya tengan a toda su plantilla de funcionarios y asesores trabajando de manera ordinaria”.
Sobre el desempeño de la LXIV Legislatura, el investigador destacó que “han habido ciertas rupturas de continuidad institucional”, como lo es la participación de la sociedad civil en algunos de los procesos de toma de decisiones.
La interacción con la sociedad civil en procesos legislativos –e.g. la designación del nuevo Fiscal de la República o de los comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI)– ha tenido “menor presencia” que en legislaturas anteriores, lo que podría deberse a la “ausencia de canales institucionales fijos” que también se irán regularizando, concluyó el politólogo.
SINEMBARGO