Se llama Kim y es norcoreano, pero no tiene relación con el líder del país, ni a nivel familiar ni ideológico.
Desde hace décadas, tras emigrar a España y llegar a enseñarle taekwondo al mismísimo rey Juan Carlos, trabaja por la unificación del Norte y el Sur de la península en una sola Corea.
Kim Jae Won nació en Pyongyang, la capital de Corea del Norte. Cuando en 1950 estalló la guerra que le dio fama mundial al Paralelo 38, tenía apenas 10 años. Su familia se vio desplazada y acabaron en Seúl.
“Fue terrible, tardamos días en hacer apenas unos cientos de kilómetros”, recuerda.
Su hermana, dos años mayor, debió quedarse bajo el cuidado de su abuela, ya que sufría las secuelas de la poliomielitis.
“Jamás tuve noticias de ella, ni siquiera sé si está viva”, le cuenta a BBC Mundo. “Por eso me interesa más que a nadie que se acabe el enfrentamiento”.
El drama de la separación familiar no es exclusivo del gran maestro Kim. “Hay cerca de diez millones de coreanos separados de sus seres queridos”, afirma, ofreciendo cifras similares a las de muchos expertos en el tema.
“Los del Norte tampoco saben nada de nosotros”, añade.
No entiende cómo se puede dar esta situación de aislamiento y enfrentamiento en pleno siglo XXI. “Lo de Corea del Norte es mil veces peor que lo del muro de Berlín; la incomunicación es total”, opina.
A sus 73 años que parecen muchos menos, Kim sueña con el día en que desaparezca la zona desmilitarizada que divide a los coreanos. “Será un logró más que político, será un logro de la humanidad que acabará con mucho sufrimiento”, asegura.
Maestro de taekwondo
Kim no sólo avanzó en el mundo de las artes marciales, sino que también forjó un currículo como activista.
Si bien era pequeño cuando abandonó Pyongyang, Kim tiene recuerdos vivos. Ve fotos en la prensa y suspira: “Parece que el tiempo se hubiese detenido”.
A pesar del dolor por separarse de su hermana, una vez en Seúl luchó por progresar. De joven estudió Filosofía y Letras y comenzó su carrera en el taekwondo.
Llegó a entrenar a los guardaespaldas del ex presidente de facto surcoreano Park Chung-hee, a quien conoció en persona, padre de la actual mandataria, Park Geun-hye.
La Seúl de la década de los años 60 le ofrecía muchas posibilidades, pero tenía ganas de conocer el mundo y estudiar otra carrera. Así decidió viajar a Argentina. Allí trabajó como instructor de los guardaespaldas de otro presidente de facto, el general Juan Carlos Onganía, tras el golpe que derrocó al mandatario del radicalismo Arturo Illia.
“Ser alto le hacía tener movimientos lentos [a Juan Carlos], pero le era fácil mantener alejado al adversario”
Kim Jae Won
Sin embargo, su idea siempre fue establecerse en Europa. Cuando desde España recibió el ofrecimiento de instruir a efectivos de la Guardia Civil en Barcelona, no lo dudó ni un instante. De allí se vino a Madrid, donde tiene su gimnasio muy cerca del estadio Santiago Bernabéu.
“Por aquellos años la práctica del taekwondo era novedosa, muchos se interesaban”, recuerda Kim. Y entre quienes se interesaron y recibieron sus clases el maestro destaca al propio Juan Carlos de Borbón.
“Cuando venía al gimnasio faltaban unos años para que fuese rey”, aclara Kim. “Ser alto le hacía tener movimientos lentos, pero le era fácil mantener alejado al adversario”, recuerda.
A la par que avanzó en el mundo de las artes marciales -es 9° Dan-, Kim también forjó su currículo de activista. Durante años fue el representante para Europa del Sur, Oriente Próximo y África del Consejo Asesor para la Unificación Nacional de Corea, un organismo que trabaja con la cooperación como premisa.
Un sueño humanitario
“Defendemos la sunshine policy. Buscamos acercarnos por medio del diálogo y de la ayuda”, explica. Esta política exterior, adoptada a fines de la década de los años 90, pregona la unión y no la absorción del Norte por parte del Sur.
Estos principios le valieron el Premio Nobel de la Paz a otro Kim, Kim Dae-jung, entonces presidente surcoreano.
A pesar de llevar más de cuatro décadas en Madrid, está muy al tanto de lo que sucede en la otra península.
Viaja todos los años a Seúl y habla habitualmente con familiares y amigos allí. “No están nerviosos, saben que son puras amenazas”, le dice a BBC Mundo sobre las maniobras militares de Pyongyang.
El maestro sueña con el día en que desaparezca la zona desmilitarizada que divide a los coreanos.
Comparte absolutamente el parecer de sus amistades en Seúl: “Pienso que no va haber guerra; Corea del Norte sólo está pensando sacar todo el dinero posible en ayuda”.
Y tampoco ahorra críticas al nuevo líder norcoreano, Kim Jong-un: “Es una marioneta. El poder real lo tiene en buena parte su tía, Kim Kyong-hui”.
Confía en que la actual presidenta surcoreana sabrá “mantener la calma y hablar mucho para apaciguar a los conservadores” que más presionan por un endurecimiento de las relaciones con el Norte.
Kim Jae Won ha dedicado buena parte de su vida al taekwondo, el arte marcial coreano por excelencia cuya filosofía se basa en “controlar la mente y el cuerpo”, según el gran maestro.
No duda en afirmar que si esos valores se trasladaran a la política internacional en Corea del Norte, “no estaríamos en esta situación tensa”. “Pero el gobierno norcoreano en lugar de controlarse prefiere controlar a sus ciudadanos”, lamenta.
Como todos los años, tiene previsto viajar a Corea del Sur en septiembre. Allí se ve con seres queridos y se reencuentra con parte de su propia historia.
Año tras año fija la mirada hacia el Norte desde algún edificio de Seúl. Siente más cerca esa Pyongyang que lo vio nacer y que se quedó con su hermana. Esa ciudad que “casi no cambió” y que sueña con volver a pisar.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/04/130416_norcoreano_taekwondo_rey_espana_jb.shtml
