El Parque Juan H. Sánchez, conocido como Parque de Morales, atraviesa un momento de abandono y deterioro, convirtiéndose en un reflejo de lo que fue un pulmón para la ciudad. En un recorrido reciente, se observó que muchas de las fuentes ya no funcionan, y el área que antes albergaba un lago, con lanchas y patos, ahora está completamente seca. Los árboles, que solían dar sombra y vida al lugar, ahora lucen secos o muertos, con raíces que han hecho caer algunos troncos sobre las rejas de la calle Arboledas.
A pesar de estos problemas, el parque aún cuenta con el Vivero Morales, que se encarga de la reforestación del área, aunque el impacto de estos esfuerzos aún no es visible en su totalidad. El área de juegos infantiles, rodeada por una barda de piedra, permanece cerrada al público, y el lugar no muestra signos de reactivación en sus espacios de recreo.
El parque abre a partir de las 10 de la noche y cierra a las 5:45 de la mañana, según un letrero, pero las restricciones como la prohibición de bicicletas marcan el lugar como una opción limitada para los paseantes. Aunque algunas cabañas están en malas condiciones, otras han sido recientemente renovadas, pero el estado general sigue siendo precario. Las bancas en el pasillo central están en buen estado, pero las áreas de recreación y ejercicio, a pesar de ser utilizadas por pocos, están limpias y bien cuidadas.
El parque, más visitado durante los fines de semana por familias y sus mascotas, muestra pocos visitantes entre semana, limitándose a algunos ciclistas y corredores. Actualmente, el gobierno del estado trabaja en la rehabilitación integral del parque, con la construcción de un módulo sanitario y la presencia de maquinaria en el área, aunque no se observan trabajadores.
En cuanto a la ecología, Red Ambiental ha instalado dispensadores para reciclar materiales como papel, metal y plástico, además de promover la recolección de tapitas de plástico a favor de tratamientos para pacientes con cáncer. También se han colocado suficientes botes de basura, recordando a los visitantes que no recoger las heces de sus mascotas podría resultar en una multa considerable.
A pesar de los esfuerzos por rehabilitar el espacio, el Parque de Morales sigue enfrentando retos que afectan su imagen y funcionalidad, convirtiéndose en un símbolo de la falta de mantenimiento y cuidado en áreas públicas clave de la ciudad.