Por Jesús Aguilar – @jesusaguilarslp
ENTRE “VIVOS” Y “MUERTOS”
En la antesala de las definiciones y la búsqueda de las candidaturas del Frente Fuerza y Corazón por San Luis huele a muerto aún entre los más “vivos”, y es que justamente por pasarse de “vivos” hoy todos están confrontados, sujetados por alambres de púas y apretados por la inminencia del tiempo que vuela y el dinero con el que hacen inverosímiles trueques por el poder de intentar llegar al poder.
Pero su panorama es negativo y alguien se los tiene que decir.
Enrique Galindo a pesar de ser el “natural” y el mejor calificado cuenta con los negativos que ninguno posee por el desgaste natural de gobernar. Sus devaneos con grupos de poder ha quedado aún a salvo de un desastroso manoseo de su administración como le sucedió practicamente a todas las anteriores, pero es insoslayable que la ciudad está seca y la boca del alcalde también, su intención de impugnar inclusive los términos del registro de aspirantes a la reelección municipal ante el CEEPAC dan cuenta de eso, no quiere dejar la alcaldía el primero de marzo como tendría que suceder, pero aún esa decisión es un arma de doble filo. ¿Cómo habrá quedado el cabildo después de tanto jaloneo y azotón entre los varios frentes del PAN, el PRI SaraRochista y el propio Galindismo?
Por el otro lado Rubén Guajardo anunció ayer que se someterá a las condiciones internas del PRI para no ceder la posición así de fácil a Galindo y pelear su propio destino en la búsqueda de la nominación a la alcaldía. Guajardo sabe lo que implica ganar y también perder una elección de mayoría, es un negociador frío y que encarece los acuerdos a su conveniencia pero que cumple condiciones siempre y cuando exista una práctica reciprocidad. Su salto a una posición federal está vigente, pero también la de ser un aliado real y no solo fáctico de Galindo en la supuesta negociación. Si se quita de encima la fama de ser un matasanos de la política podrá crecer, si no, seguirá siendo el solista ventajoso que ha deambulado por donde sea para sobrevivir.
Las habilidades de Guajardo para una potencial reelección lo hacen un personaje no descartable, sabe ganar elecciones y tocar los puntos sensibles de su distrito y operar como aliado el Congreso en un futuro potencial.
David Azuara está en la congeladora, la construcción de su candidatura se derrumbó como torre de Yenga, nadie hace 1 mes pensaría que el “incondicional” aliado de su hermano y líder de proyecto Xavier, Marko Cortés se quedaría en un estado de exhibición e inanición política donde antes de pensar en “proyecto”, estaría estrangulado y desesperado tan solo con la necesidad de sobrevivir, lo que no se han dado cuenta, es que su balsa es para una sola persona. Tampoco se imaginaban en el fortín Azuarista que el cercano benefactor de su causa y fundación, Gerardo Sánchez Zumaya tuviera un episodio tan penoso de furia y desatino político y moral al hacer trizas cualquier puente con la poderosa administración estatal por un berrinche, eso seguro llenó de nuevas fuerzas y motivos también a los contras panistas del Azuarismo que ya se unificaron para cerrar el paso a sus alfiles a la antesala de las boletas. David tiene aún edad, condiciones y recorrido real para poder hacer su propia historia, definirse como una realidad personal y no como moneda de cambio de un grupo o intereses, puede aún y debe transitar en una contención real que lo haga mucho más que una figura con hilos ajenos. El cambio generacional que podría integrar solo depende de él, no de caciques de dudosas ligas morenistas, ni de un grupo que ya tuvo su oportunidad y hoy la está desperdiciando por la ceguera y cerrazón. Se acabó la credibilidad en el Azuarismo, David debe colgar su apellido y ascendencia si quiere reasumir una postura política real al futuro.