El Radar: 3 deseos para la presidencia de Manuelita

DESTACADOS, RADAR

El Radar, el Editorial de Antena.

La democracia respira en San Luis Potosí, al menos en lo que tiene que ver con la separación y autonomía de los poderes ejecutivo y judicial. Después de poco más de un año de sometimiento soterrado de la hoy ex Presidenta del Supremo Tribunal, Olga Regina García López, llega a su posición María Manuela García Cázares, una académica de formación, pero con amplia experiencia en el servicio público. Su talante como mujer de sendos tamaños la hizo previamente Procuradora General de Justicia en el estado, cargo mayor en riesgos y condiciones. Hoy su llegada hace pensar que los últimos dos periodos prolongados con la estancia de Olga Regina y su impresentable antecesor Almazán Cué definitivamente podrían alojarse en el gran archivo muerto que tiene la ciudad judicial. Los derechos fundamentales de la ciudadanía vuelven a tener esperanza, su alcance ahora sí debe protegerse y una nueva era podría suceder.

Si a esto lo emparejamos con la llegada de su par en la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña, una ministra progresista y abiertamente incómoda para el Presidente López Obrador quien ha estado poniéndo al tribunal máximo de la República en sintonía con temas de vanguardia, alta exigencia e impacto social como la despenalización del aborto, los derechos de la comunidad LGBT y el uso recreativo de la mariguana, las expectativas sin duda crecen.

Los tiempos del feminismo son los de los altos tribunales, la llegada de la primera mujer a la Suprema Corte, debe validar el esfuerzo por equilibrar el manejo de poderes en el estado en el que el populismo funcional se parece con sus sendas diferencias al que se ejerce desdela patriotera nación cuatroteísta.

Manuelita García Cázares tiene como puntos clave 3 retos que a continuación resumiremos como válidos recordatorios de lo que se tiene que recuperar sí o sí en su alta encomienda.

  1. Recuperar la credibilidad del Poder Judicial. El manoseo furioso y descarado de quienes han creído reinar en este sector del gobierno ha sido un factor de desgaste total en los últimos años. Acomodo de favoritismos y compadrazgos, purga a independientes y ajenos, manejo discrecional de recursos y una nula acción de involucrar a la sociedad en sus procesos ha determinado los “años muertos” del poder judicial estatal, García Cázares con tino podría resucitar sus valores.
  2. Reposicionar el valor del Supremo Tribunal ante el sometimiento del Consejo de la Judicatura. Los miembros del consejo de la judicatura se han convertido en regentes de un sistema burocrático en el que la permanencia o llegada a un cargo no vigoriza su fuerza y méritos, sino la cercanía o construcción del tinglado de relaciones públicas y políticas, pago de cuotas y garantías que piden quienes lo ocupan. Esto debe terminar, se debe replantear su vigencia, la vigilancia al mismo y actos públicos de sometimiento a la ley con estricto apego y genuina libertad. La judicatura como agencia de colocaciones y viviendo en un comodato barato e insulso tiene que modificarse o desaparecer.
  3. Consolidar su autonomía y su capacidad como contrapeso. La fuerza personal y política de nuestros gobernantes desde el ejecutivo han regulado de forma espantosa la correlación de fuerzas de las autonomías y sus márgenes de acción. El poder judicial se ha convertido en un medio de control ante gobiernos débiles y un débil medio de control ante gobiernos fuertes. Hoy el llamado es a evitar los paralelismos al renovado Gobernadorismo (Presidencialismo estatal) que padecemos, recordando justo que la ley no se negocia y tampoco se pasa por alto a convenciencia. Cuando vemos que hoy empiezan a establecer cuotas de cobro de cuentas político- legaloides que infringen diariamente desde los verdores de su palacio de cristal.

Se inaugura una nueva era en el poder judicial, amerita confianza, rigor y una transformación profunda, especialmente enfocada en garantizar y profesionalizar la justicia ordinaria y consolidar al Supremo Tribunal como una genuina corte de constitucionalidad.

RECADERO

*Con la cola entre las patas debe andar otra vez el “Meta-Secretario” de Comunicaciones y Transportes Leonel Serrato después de querer influir en el proceso interno del poder judicial. Primero se volvió a perder en los filos de su viperina lengua en la reincidencia de su misoginia contra Olga Regina, para después justificar su malicia, quisiéndose exculpar criticando su desempeño. Ya hasta el secretario general aceptó que lo apercibió, pero en su dolosa expresión lleva su penitencia. Inclusive ya colectivos de mujeres se organizan para exigir su renuncia y en los despachos jurídicos su nueva embestida legal.

*Leonel no ha entendido que es un funcionario público, no un juglar de toxicidades conocidas, pero lo compadecemos,  debe estar enloqueciendo aún más de saber que dos mujeres a quienes a todas luces odia inexorablemente son las líderesas de los poderes judiciales local y nacional, y además su calculo de apoyo a otra candidata a la Presidencia del STJE, que le granjearia mayores cercanías al círculo cero del Gobernador falló.

Ya siéntese Señor, a otra parte. Sus días parecen contados en la dependencia que atiende a latigazos.

*Duda razonable: ¿Qué sucedería si la hoy ex presidenta del supremo tribunal se quejara ante el Instituto de las Mujeres del estado del indigno trato que le propinó el Señor Serrato? ¿Habría gritoniza telefónica, o desatencion de oficio?

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