El Radar

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El editorial de Antena.

SERPIENTES Y ESCALERAS

Por Jesús Aguilar@jesusaguilarslp

Gilberto Hernández Villafuerte, diputado federal Gallardista y ex alcalde en 2 turnos de Soledad ayer se registró como precandidato a la alcaldía de la capital. Gilberto ha sido un discreto tirando a color gris pavimento servidor público, leal y obediente con los tenedores del proyecto político que hoy domina el escenario local.

Gilberto es un mal candidato y un legislador sin luces aunque fue un administrador eficiente de un sistema en el que no tomaba muchas decisiones más que decir que sí a las órdenes, listillo desde chiquillo.

Si no hay otro registro en los próximos días por parte del bunker verde, la postulación solitaria de Hernández Villafuerte genera una condición clara, a Gallardo no le importa demasiado la capital, porque a pesar de tener la fuerza, estructura y buenos resultados Gilberto no es un producto electoral viable en la capital, ni por pefil, ni carisma; evidentemente tampoco por márgenes de maniobra y ejercicio de poder y en la capital los resortes tumban sonámbulos del colchón.

Juan Carlos Valladares debe tomar nota de este registro y enfocar sus baterías a consolidar su periplo en el servicio público, el peso de su representación social y pedigrí parece que no tiene aún canicas suficientes para poder salirse del huacal verde al que se metió. A todos nos queda claro.

El que podría sorprender ahora como un as verde bajo la manga del Gobernador es Guadalupe Torres quien se quedó cerca de ser el candidato al Senado, (¿o no?) quien por la cuota de género y para abrir un compás de esta intermitencia genérica forzada en los próximos procesos se quedó a la orillla de la catapulta segura de Ruth González.

¿Se imaginan a Torres Sánchez haciendo un 1-2 con Gallardo desde el Palacio de enfrente?

¿Creen que podría ser un candidato dúctil?

¿Cuántos levantarían la mano a favor y cuántos de forma mustia y diligente guardarían silencio pero sacarían sus fierros dentro de la Gallardía?

Por el rumbo del Frente Opositor las condiciones están aún llenas de posibilidades y amarres de nudos ciegos de los que quien sabe cómo se van a zafar. Xavier Azuara tiene una distancia de lentes bifocales con Verónica Rodríguez quien quiere independencia sin rupturas, pero exige respeto y autonomía.

Debería haber espacio para todos sin rompimientos en lo que queda del PAN cuando ya se ha visto como las tomas de mesa Azuarista terminan con el tablero ladeado solo para su lugar.

El efecto Xóchitl en la cúpula nacional, donde Alito se cobró a lo chino el origen blanquiazul de la virtual candidata presidencial agandallando muchas posiciones, en una negociación torcida hacia el lado tricolor criticada inclusive por Julen Rementería y Damían Zepeda en la cámara baja y alta del Congreso se salta a San Luis por dos sencillas razones, la lideresa formal del PRI Sara Rocha, no representa a casi nada más que a los intereses de Alito y estaría apuntada en primera fila para ir a San Lázaro, saltándose las condiciones hirvientes del tablero local cuando Enrique Galindo es el líder de facto de la oposición local con el PRI o con el PAN o con quien quiera.

Así hay muchos hubieras desmoronándose en el imaginario colectivo hoy…

¿Y si Galindo, con fuerza suficiente para estar en la boleta con el partido que lo postule no lo hace con el “Frente”, habrán medido que intentar acorralarlo podría tener un efecto colateral desastroso entre los simpatizantes del otro lado de la balanza actual?

¿Y si Rita Ozalia termina siendo impuesta por su hermana y el Presidente como la candidata a Senadora y Gabino se queda volando, habría espacio entonces para Guadalupe?

¿Y si Claudia pide o forza un acuerdo diferente en orden y perfiles?

¿Y si a Gabino no le queda de otra que buscar la alcaldía el y no Leonel por las condiciones o porque las leyes se impongan congruentemente y le impidan competir a Serrato?

¿Y si Sebastián Pérez entiende que a los amigos no se les niega y saca del closet a Xavier Nava sin andarlo ocultando sin problema?

¿Y si Frinné Azuara viene y se presenta un día ante los potosinos que dice representar?

¿Y si Rubén Guajardo se faja y exije su potestad sobre una potencial candidatura a la alcaldía capitalina que ya abrío hace algunos días?

¿Y si David Azuara se compromete y empieza a demostrar que no es un producto sino una alternativa real analizando y proponiendo en política y no solo en marketing digital?

¿Y si Jose Mario de la Garza se vuelve opción en el tablero para integrar un Congreso con contrapesos reales y propuestas sólidas para cambiar el estado?

¿Y si todos los actores y actrices del actual tablero electoral entienden que solo son piezas temporales de un perverso juego de serpientes y escaleras?

¿Estarían menos soberbios y ubicados?

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