El robadero de las empresas a CFE

La normalización del saqueo de empresas a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) durante los gobiernos anteriores es una auténtica vergüenza y un delito que no debería quedar impune.
Mientras la CFE se preocupaba por perseguir los llamados “changos” o “diablitos”, caseros de medidores de personas, las grandes empresas robaban la energía, a la luz de el día y con la atenta mira de autoridades y gobiernos cómplices.

Tan solo el año pasado, la CFE resintió pérdidas por 30 mil millones de pesos debido al robo de energía, realizado particularmente por las grandes empresas.

Peor aún, al robo de energía hay que añadirle las fallas técnicas que ocurren durante el proceso de transmisión y distribución con un costo de mermas que asciende a 60 mil millones de pesos.

No hemos terminado. Las cifras son pavorosas: al robo de las grandes empresas y a las fallas técnicas , habría que añadirle el monto de la cartera vencida por 45 mil millones de pesos al cierre del año pasado.

Obviamente los “changos” o el hurto casero de la luz por pequeños negocios como taquerías, torterías o fondas, nunca se va a comparar con el monto que roban las grandes empresas.

Hasta ahora, la cuestionada Comisión Reguladora de Energía (CRE) que establece tarifas, prefiere no tomar en cuenta costos de producción y transmisión, es decir, aliada con los empresarios lo que hace es aplicar una tarifa inadecuada que no incluye el elemento de generación, ni de transmisión de la energía.

En su momento, el Sindicato de Luz y Fuerza publicó una lista de empresas que presuntamente no pagan luz, algunas incluso ni medidor tienen, como American Express, Aurrerá, Comercial Mexicana, Bimbo, Telmex, las empresas de la construcción como GEO, ARA, ORBI o importantes bancos, inmobiliarias y diversos giros de grandes empresas. Las medianas empresas tampoco se quedan atrás porque obtienen sus privilegios para no pagar luz o para tener tarifas “especiales”.

A todo este despropósito, hay que añadir que son las empresas las ganonas de los contratos con CFE ya que le venden la energía bajo el esquema de Productores Independientes de Energía (PIE). Por ejemplo, en 2014 por este concepto, la CFE les pagó 38 mil 101 millones de pesos. Y en 2017, pagó más de 55 mil 554 millones de pesos, algo que representó un incremento del 45.83 por ciento. Más datos: del 2000 al 2017 la CFE pagó a los PIE, 320 mil 857 millones de pesos. Y lo peor: la CFE asumió el compromiso de comprar electricidad por un periodo de 25 años más, lo cual representa más de un billón 913 millones de pesos.

Por si esto fuera poco, la costumbre corrupta o la normalización del robo de la energía eléctrica, se extiende a gobiernos estatales y municipales que deben miles de millones de pesos a la CFE.

Hace tres años, la deuda por este concepto llegaba a los 14,295.7 millones de pesos. Los 31 estados y 1,265 municipios han ido acumulando deuda. Por ejemplo, al terminar el 2017 el pasivo de los estados ascendía a 8 mil 207.6 millones de pesos (57.4 por ciento del total) mientras los municipios deben 6 mil 88.2 millones de pesos (el 42.5 por ciento).

Y lo peor de todo, es que los gobiernos tienen la desfachatez de solicitar un “borrón” a sus deudas con la CFE. Utilizan un débil argumento para no pagar sus deudas: que son pasivos heredados de administraciones pasadas tanto en gobiernos como en municipios.

Chiapas encabeza la lista de los deudores con más de 2 mil 421 millones de pesos, seguido por Chihuahua por 2 mil 228 millones de pesos y por Tabasco con una deuda de mil 049 millones de pesos. La Ciudad de México tampoco se queda muy atrás, debe 686 millones 159 mil pesos, seguida por Sinaloa con 649 millones 386 mil pesos y Sonora, Coahuila y Durango, que suman 2 mil 400 millones de pesos. Los municipios más endeudados según la CFE son: Ixtapaluca, Texcoco, Chicoloapan, Nezahualcóyotl, Chalco, Valle de Chalco Solidaridad, Acapulco, Tultitlán, Comitán y La Paz.

Ante el robadero de luz de las empresas, y las tremendas deudas de gobiernos y municipios, pues algunos ciudadanos se suman al saqueo. Por ejemplo, en la Ciudad de México, cuatro de cada 10 clientes residenciales o domésticos, no pagan la electricidad que consumen.

Las cifras son alarmantes, porque de los 2 millones 775 mil usuarios con contrato, supuestamente 41,4 por ciento de ellos no facturan sus consumos y se cuelgan de los llamados “changos” o “diablitos”, según un informe de la empresa Productiva Subsidiaria Suministrador de Servicios Básicos. El monto de este saqueo se ubicó durante el 2018 en 5,161,4 millones de pesos, es decir, cada vecino de la Ciudad de México moroso, debe a la CFE en promedio 4 mil 488 pesos.

El sistema del robo de energía ha resultado tan rentable por la impunidad, que los que no pagan aumentaron de 301 mil a más de un millón 150 mil usuarios en los últimos seis años, lo cual representa un incremento nada menos que del 282 por ciento. Los más morosos se encuentran en las delegaciones de Azcapotzalco, Cuajimalpa, Iztapalapa, Álvaro Obregón, Benito Juárez, Gustavo A Madero, Iztacalco, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza.

Se trata de una realidad ominosa, casi surrealista que se ha mantenido durante décadas. Una advertencia: si el robadero sigue, pronto, muy pronto, empezaremos a sufrir los apagones que ya afectan a otras naciones del mundo. Ojalá el imperio de la ley llegue para los rateros y morosos.

www.websanjuanamartinez.com.mx

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