El Rubio no se dejó seducir por la Morena

El Radar

Por Jesús Aguilar

X @jesusaguilarslp

Se acaba la semana y lo más relevante fue la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en donde dejó claro que no hubo un acuerdo de seguridad como el que la presidenta Claudia Sheinbaum había prometido. 

El golpe político es evidente: durante semanas generó expectativas de un convenio formal, jurídicamente vinculante, que supuestamente marcaría una nueva etapa en la cooperación bilateral. Lo que en junio fue presentado como un “acuerdo inminente”, terminó dos meses después reducido a un simple programa de cooperación en seguridad fronteriza, un esquema operativo sin fuerza obligatoria.

La narrativa oficial mexicana se desinfló. Estados Unidos envió un mensaje inequívoco: México no es un socio en igualdad, sino un “mal necesario” –en palabras de altos funcionarios en Washington–, un país con el que hay que trabajar porque es la puerta de entrada de migración, fentanilo y crimen organizado, pero que no se considera aliado estratégico.

Rubio dejó claro que la agenda de seguridad no será conducida por México. Al contrario, Washington volvió a marcar la pauta: la creación de un grupo de alto nivel con reuniones regulares y mecanismos de rendición de cuentas. Y aunque lo celebren políticamente, en los hechos es algo incómodo y un “estate quieto” vecino incómodo.

Esto implica recuperar instrumentos que López Obrador había cancelado y abre la puerta a una supervisión más estrecha de las acciones mexicanas. Incluso aparecen prioridades nuevas para Estados Unidos, como el combate al robo de combustible (huachicol), además del rastreo de armas, evocando esquemas fallidos como “Rápido y Furioso”, pero esta vez con colaboración mexicana.

El impacto político es doble. Por un lado, Sheinbaum puede presumir que se evitó un acuerdo que comprometa la soberanía y que se logró encauzar la relación dentro de un marco bilateral. Pero por otro, en los hechos, la estrategia vuelve a estar dictada por Washington en función de su seguridad nacional. La frase de Rubio –“jamás ha habido una cooperación tan profunda con México”– genera además un choque narrativo: desarma la idea de que el gobierno más “entreguista” fue el de Calderón y coloca a la actual administración en esa posición.

La visita de Rubio también reaviva las presiones de Trump. El secretario de Estado subrayó que Estados Unidos usará todo su poder para erradicar a los cárteles, sin importar dónde operen. El mensaje es claro: si México no avanza al ritmo que Washington considera adecuado, las presiones aumentarán, y no se descarta que en el futuro se contemplen acciones unilaterales, abiertas o encubiertas.

En términos prácticos, la presidenta mexicana obtiene un beneficio narrativo: puede sostener que este entendimiento busca la pacificación del país. Pero el dilema es evidente: la pacificación no está garantizada, y el incentivo real para Washington es su propia seguridad.

Rubio no llegó a México con un tono confrontativo, pero sí con una agenda precisa y firme. Para Sheinbaum, el reto es interpretar bien las señales: si la cooperación “jamás vista” solo favorece a Estados Unidos, ¿cómo convertirla en una oportunidad real para México y no en una nueva forma de dependencia estratégica?

RECADERO

*El pájaro nalgón no vuela y profundiza su monumental y grotesco berrinche. Su demanda ridícula, alevosa y absolutamente falsa se sigue reduciendo al profundo goteo de bilis que le provocó la inminente exhibición de su lamentable trayectoria pública y su nuevo intento de querer abusar de la Universidad. Sus cómplices de adentro siguen tan callados como impresentables… La reunión entre el Secretario General de Gobierno Guadalupe Torres y el Rector Zermeño debió haber sido su hora nona. Con toda razón.

*Rita Ozalia Rodríguez cabeza estatal de MORENA se ve con ánimos renovados exponiendo una reorganización y nueva presencia estatal avalada por acuerdos cupulares que pasan por las otras dos mujeres puntales de la 4T, la propia Presidenta Sheinbaum y su hermana Rosa Icela. ¿Estarán midiéndole el agua a los camotes los que ya pintaron de verde sus ánimos políticos o siguen refunfuñando sin resultados? Habrá que ver…

*Como decía el desaparecido paladín del periodismo social de pueblo quieto Juan Antonio García, para que investiguen… ¿Quién será el integrante del gabinete Gallardista al que ya se le anda desparramando la cordura, entre tantas mujeres y delirios de poder?

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