En San Luis Potosí, mientras que los trabajadores formales reciben su aguinaldo como parte de los beneficios laborales, el sector informal enfrenta una realidad diferente. Comerciantes ambulantes, boleros y otros trabajadores informales dependen de sus ingresos diarios, sin contar con el beneficio del aguinaldo.
María Hernández, comerciante ambulante en el pasaje Hidalgo, asegura que, debido a las bajas ventas, no ha sido posible ahorrar durante el año y espera que durante diciembre sus ventas mejoren, pero los ingresos serán principalmente para cubrir deudas y gastos escolares de sus hijas.
Por otro lado, trabajadores como aquellos en establecimientos de tortas, aunque reciben aguinaldos, luchan por obtener montos más justos. Algunos trabajadores han logrado reclamar un monto más cercano al de una quincena, después de presionar a sus empleadores.
En la Plaza de Armas, Bernabé Ávila Ramírez, conocido como “El Muñiz”, quien bolea zapatos, utiliza estrategias de mercadotecnia para recibir propinas y reunir un “aguinaldo” extra, ya que en su oficio no existe un pago de aguinaldo oficial. A pesar de la crisis económica y la menor afluencia de clientes, mantiene la esperanza de que, con esfuerzo y un poco de creatividad, podrá reunir lo suficiente para las celebraciones.
Este panorama revela la desigualdad de acceso a beneficios como el aguinaldo entre los trabajadores del sector formal e informal, quienes enfrentan diferentes realidades económicas durante la temporada decembrina.