EL TAXI GATE

DESTACADOS, LOCALES, SAN LUIS

A LO QUE TE TRUJE
Por Chencha

Ayer martes 8 de octubre por la mañana se desencadenó un nuevo episodio absolutamente inconveniente para la ciudadanía potosina en el primer cuadro de la capital.
En las postrimerías del Distribuidor Juárez un taxista chocó con un particular y el tema en su discusión subió de tono hasta la violencia, el taxista pidió refuerzos entre sus compañeros que llegaron al lugar y la revuelta subió de tono. Cuando llegaron los elementos de la guardia civil estatal tuvieron que someterlos y detener a los taxistas, sus compañeros en “solidaridad” bloquearon la zona y tuvo que intervenir en una inusual ayuda la policía municipal de la capital.
Se formalizó el caos vial en hora pico y se puso en evidencia lo mal que está gestionado el tema en el estado.

Pero esto no es nuevo, el gremio taxista de San Luis Potosí ha sido fuente constante de problemáticas relacionadas con el servicio de transporte público, especialmente en su confrontación con las plataformas de transporte como Uber. Desde la llegada de estas plataformas, el conflicto ha escalado a niveles preocupantes, caracterizándose por enfrentamientos abiertos y violentos entre los taxistas tradicionales y los conductores de servicios privados. Los episodios del pasado 6 de agosto en el que hubo una cacería de choferes de Ubers que terminó en una reyerta altamente violenta.

El desatino en la conducción de la SCT local no es solo de su actual titular, su antecesor Leonel Serrato dinamitó el diálogo y despúes de su salida quiso usufructuar con sus relaciones en pos de conveniencias bizarras para su interés político.
Hay un doble responsabilidad de lo que sucede hoy en la conciencia de Serrato Sánchez, primero haber otra vez traicionado, (una vez más) ideales y dichos al “encargarse” de un espacio para el que no estaba preparado, ni que atravesó nunca sus áreas de interés.
Segundo y más importante, más allá del chambismo de cuota que pretendió cobrar a Gallardo en esa posición, estableció un manejo tan absurdamente dispar en sus gestiones con taxistas y representantes de plataformas ya que los condenó y reprimió por igual, para después procurar usarlos para sus viles fines de revanchismo político y manoseo electoral dentro y fuera de MORENA.
¿El costo de su pésima gestión en la SCT estatal se paga tan solo con el veto que impera en su persona?
¿Su flagrante incapacidad para manejar las cosas debe tener una réplica de honda responsabilidad en el desastre que impera en el sector y la latente crisis que se viene?
¿Es Serrato la mano que mece la cuna en el Frankenstein en ciernes que representa el gremio taxista en San Luis que infiere incluso cuotas con el crimen organizado?
¿Las instrucciones del rijoso Serrato a inspectores que se convirtieron en “cazadores” de Uber con saña y malediencia obedecían a pactos en lo oscurito con los más rudos del gremio?
De manera clara hoy los taxistas locales no se pueden meter en una sola categorìa, hay conductores de gran vocación y honestidad, y otros frustrados inclementes que se sienten amenazados por la creciente preferencia de los usuarios hacia las plataformas digitales, que ofrecen tarifas competitivas y un servicio más moderno.
En respuesta este grupo de alto impacto han adoptado una postura agresiva, protagonizando estos bloqueos viales, agresiones físicas y verbales a los conductores de Uber, e incluso a sus pasajeros.
Estos actos de violencia sostenida han creado un clima de tensión en la ciudad, afectando no solo a los involucrados directamente, sino también a la ciudadanía en general, que ve comprometida su movilidad y seguridad.
El comportamiento desafiante del gremio hacia las autoridades es otro elemento clave en la problemática. A pesar de que la legislación estatal reconoce el derecho a la operación de plataformas como Uber, los taxistas han ejercido presión sobre la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) de San Luis Potosí, paralizando su capacidad de regular y armonizar la convivencia entre ambos tipos de servicio.
En particular, la titular de la SCT, Araceli Martínez Acosta, ha sido blanco de críticas por su incapacidad de mediar en el conflicto de manera efectiva.
La gestión de Martínez Acosta ha sido percibida como insuficiente, ya que no ha logrado implementar medidas que regulen y equilibren de manera justa las operaciones de taxis y plataformas. Esto ha contribuido a la percepción de que la SCT está siendo superada por los intereses del gremio taxista, lo que ha permitido que continúe su comportamiento violento y fuera de la ley.
La falta de un plan integral que contemple el fortalecimiento de ambas opciones de transporte, tanto públicas como privadas, sigue siendo un tema pendiente, que afecta directamente a la calidad del servicio y a la seguridad de los usuarios en el estado potosino.
Omisiones a la minuta que firmaron hace poco más de un mes ha vuelto a alentar la desafiante postura de los ruleteros.
La ciudadanía se encuentra en medio de un conflicto que parece no tener una pronta solución, con una autoridad que ha mostrado poca capacidad de acción y un gremio que sigue ejerciendo presión para mantener sus privilegios, sin adaptarse a las nuevas realidades del transporte en el siglo XXI.
Insistimos en que hay una bomba de tiempo en el caso de los taxistas, quien lo quiera minimizar está mal, el que no lo opere está peor y el costo político y social que esto implica para los actores, especialmente en el gobierno del estado es brutal.

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