Karla tuvo que desertar después de sufrir acoso sexual por parte de un mando de la Guardia Nacional, tras su transferencia de la Marina a la GN y de tooooodos los esfuerzos que hizo para poder pertenecer a las filas de la Semar —hasta quitarse un tatuaje con bisturí.
Esta es la denuncia que la joven hizo pública mediante sus redes sociales y que ha llegado a medios nacionales —Aristegui Noticias confirmó que Karla Narvalles sí perteneció a la Secretaría de Marina (Semar) en la página de Servidores Públicos.
El testimonio de Karla: Acoso en la Guardia Nacional
“Nadie ha hecho nada por apoyarme, a pesar de haber ido a todas las instancias correspondientes, tengo mi informe/denuncia con muchos sellos de ‘recibido’ pero ninguno de ‘aquí te vamos apoyar’. Incluso se han estado ‘echando la bolita’ entre SEMAR y GN”.
Para acompañar su testimonio, Karla Narvalles publicó un par de fotos durante su estancia en la Guardia Nacional y una muy muy ruda de la operación —a la que la obligaron— para quitar el tatuaje.
¿Cómo comenzó todo? Karla ha contado que ella ingresó en 2020 a la Marina, en los batallones de Infantería, porque era su sueño y vocación.
Nada más que para poder entrar tuvo que hacer varios esfuerzos y además se topó con un obstáculo, ¿estético?
La Marina no le daba chance de ingresar porque tenía un tatuaje en el brazo —uno que se había hecho con su mamá y que tenía un buen de significado—, pese a que en todas las pruebas había salido bien.
Total que Karla se quitó el tatuaje y se rifó. Entró a la Marina, pero el gusto duró poco porque al poco tiempo, sin preguntarle, la mandaron a la Guardia Nacional.
“Lejos de casa y de mis padres, a pesar de eso yo nunca dejé de echarle ganas”, contó.
Las cosas iban bien hasta que un mando, denunció, comenzó a acosarla sexualmente. Todos los días, entre febrero y marzo de 2022.
Puso una denuncia, pero “nadie ha hecho nada”
Ante el acoso, Karla Narvalles se ausentó, no sin antes presentar una denuncia contra el mando.
La joven explicó que siguió todo el proceso para denunciar, pero que ninguna de las autoridades la ha atendido con perspectiva.
Al contrario, le han respondido que tendría que ir a prisión militar por ausencia de labores.
Y, ¿el mando? No ha pasado nada con él, por lo que Karla concluyó con este crudo mensaje:
“Si tu deseo es ingresar a estas instituciones no vale la pena, nadie verá el esfuerzo que haz hecho por estar ahí, y siempre le darán la razón al acosador y al hostigador solo porque tiene grado”.
Sopitas