Ella es Carmen, la potosina protagonista de At’Anii’: la primera película mexicana en lengua teenek

La conversación nació en un taller. Hacía tiempo que Antonino Isordia y diversos jóvenes platicaban sobre problemáticas de aquella comunidad en la Huasteca Potosina. De esta manera, la obra de Ingmar Bergman, Jean-Luc Godard, Julio Medem y Carlos Reygadas era su fuente de inspiración. El proyecto tomó forma. Isordia hizo lo suyo como cineasta y documentalista y aquellos recuerdos de su infancia convirtieron a At’Anii’ en la primera película mexicana en lengua teenek.

Este trabajo busca “crear una especie de símbolo o analogía sobre lo que está pasando en la sociedad y que ha llevado a los hombres a violentar a las mujeres. Tratamos de construir una circunstancia en la que la modernidad llegara y rompiera también con las reglas existentes de convivencia”, cuenta Isordia, director del filme. Tu amante, como es traducida al español, relata una historia que captura la riqueza de la Huasteca, el matriarcado, el machismo y la profunda relación de la cultura teenek con el agua. De esta manera, la comunidad de Tamaletom se convierte en el escenario de un discurso que visualiza el irrumpimiento de la modernidad dentro de una comunidad potosina bajo la premisa de la contemporaneidad.

© Ana Hop

Fue hace cinco años que una joven de 22 años, Carmen Martínez, se encontró con una convocatoria para realizar el casting de una película. Atraída por la idea de la actuación, aprovechó sus vacaciones y asistió. “Creo que ya llegó nuestra Enedina”, le dijo Rufino Medina, asistente de dirección, a Isordia al verla llegar. Carmen, con un niño de ocho meses en brazos, dio la audición. Pocos minutos bastaron para comprobar que sí, era ella. “La cultura teenek tiene, en sus orígenes más ancestrales, el culto a la sensualidad. Esto era algo que queríamos proyectar en el personaje de Enedina; una mujer que fuera carne y demonio. En cuanto la vimos, lo supimos”, recuerda Isordia.

“Cuando le dije a mi esposo: ¿Qué crees? Hice un casting y resulta que quedé, estaba muy emocionada”, cuenta Carmen, originaria de la comunidad de Huehuetlán. Su lengua materna es el teenek y aprendió español conforme su crecimiento y educación primaria. Ahora, es licenciada en Derecho con especialización en asuntos indígenas y por ello el proyecto cobró un sentido diferente para ella. “Siendo persona originaria de una comunidad, significa mucho porque realza mi lengua materna, marca la violencia de género que aún existe. De hecho, esta fue una de las razones que me llevó a estudiar la licenciatura en derecho. Sucede que en la comunidad no todas las mujeres pueden hacer justicia porque no saben hablar español o necesitan de traductores y hay que pagar un abogado. Mi interés se enfoca en ayudar de esa manera”, asegura Carmen.

© Ana Hop

At’Anii’ se suma a otras cintas filmadas en lenguas originarias. ¿El objetivo? Rescatar dichos dialectos. Sin embargo, esta cinta es también “un proceso de simbiosis. Creo que en la cultura mexicana la narrativa ha llegado a un nivel de agotamiento temático bastante desafortunado. Y creo que las culturas originarias de México son una oportunidad para la innovación de toda esta narrativa. Si se hacen más películas en estas lenguas, podría ir generando documentos de cómo se están hablando estas lenguas en la actualidad”, asegura Isordia.

Han pasado cinco años desde la filmación de At’Anii’. “Queremos mostrar At’Anii’ en un plano local, nacional e internacional. Que todos estemos orgullosos de nuestras raíces y de hablar una lengua” asegura Carmen, cuyos esfuerzos se enfocan en diversos proyectos. “Claro que me gustaría participar en otros proyectos. Estaría encantada de volver a realizar una película, pero también quiero ejercer mi profesión. Me interesa hacer labor en mi comunidad: impartir talleres a las mujeres, hablar con ellas sobre la violencia de género, hacer algún proyecto sobre nuestra lengua, rescatar nuestra cultura y cuidar nuestro medio ambiente”, confiesa Carmen.

Dicen que el tiempo es absoluto. Ya lo escribía Carlos Fuentes en su libro El Naranjo: “Pobre Malinche, pero rica Malinche también, que con su hombre determinó la historia”. Desde nuestros orígenes, la lengua ha sido una determinante. Después de todo, nuestro presente está siempre marcado por la historia.

© Ana Hop

Con información de: Vogue

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