La exigencia de los potosinos para el próximo gobierno deberá ser mejor sueldo.
Durante el sexenio de Fernando Toranzo Fernández, San Luis Potosí avanzó en exportaciones, estado de derecho, abatimiento de la deuda pública y diversificación laboral, pero se estancó en la informalidad y es más desigual, menos productivo, genera menos empleos y de los nueve estados en los que hay elecciones, es el segundo con mayor pobreza laboral, apenas por encima del emproblemado Guerrero.
“México cómo vamos” presentó el resultado de su Semáforo Económico Electoral de las nueve entidades que tendrán elecciones concurrentes para gobernador el 7 de junio próximo: Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora.
El análisis de los logros de cada administración se fincó en los diez indicadores que aplica “México cómo vamos”, en comparación con la administración antecesora y de las metas calculadas para el desarrollo de las entidades por los expertos de la organización.
Los indicadores son Crecimiento, Generación de Empleo, Productividad, Exportaciones, Deuda, Estado de Derecho, Informalidad, Diversificación Laboral, Desigualdad y Pobreza Laboral, entendida ésta como la incapacidad de adquirir una canasta básica con el ingreso del trabajo.
De ahí, los analistas concluyeron una exigencia básica para los candidatos a gobernador, que en el caso de San Luis Potosí fue conseguir salarios dignos “porque el 51% de su población no puede alimentarse con sus ingresos laborales”. A nivel nacional, la pobreza laboral de los potosinos está 8.5 puntos porcentuales por encima del promedio (42.9%). El sexenio pasado el indicador estatal era muy alto, incluso con un crecimiento menor, de 48.1%.
Su cartilla señala que la desigualdad en ingreso laboral empeoró y que es una entidad lenta en productividad. La medición a la administración torancista corrió del cuarto trimestre de 2009 al cuarto trimestre de 2014.
“México cómo vamos” subraya entre los mayores logros una reducción de la deuda como porcentaje del PIB (de 2.1 a 1.4%) en contraste con el aumento nacional (0.9%), un aumento sin precedentes de exportaciones no agropecuarias.
Fuente: Pulso
