Un peligroso desorden vehicular generan los camiones pesados que permanecen por las tardes en labores de carga y descarga en las calles principales del Centro de Abastos.
Los automovilistas deben serpentear entre uno y otro camión para esquivarlos, ante la ausencia de oficiales de la Policía Vial.
Los camiones pesados no caben y a pesar de la prohibición para descargar en las avenidas, hasta ahora nadie ha puesto remedio definitivo a la anarquía de sus vialidades.
El Centro de Abastos es escenario de carga y descarga desde las 3 de la tarde hasta las 6 de la mañana del día siguiente, prácticamente sin regulación. En las calles Sexta Oriente y Cereales, por ejemplo, abundan las unidades que por sus dimensiones dificultan la circulación y obligan a los conductores a rodear contenedores pesados y sortear a decenas de cargadores que con sus diablitos tratan de trasladar mercancías a las bodegas.
En forma adicional, circulan diversas rutas de autobuses de transporte urbano.
PULSO