Generada en el Pacto por México, la Reforma de Telecomunicaciones –promulgada ayer por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto– quedó sometida a los filtros políticos de los partidos, y tal matiz puede entorpecer la pretendida independencia del nuevo órgano regulador, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), expusieron expertos en el sector.
Como ejemplo de ello, los analistas señalan la forma en que se integró el Comité de Evaluación para nombrar a los consejeros del Ifetel. Bajo el escrutinio de las principales fuerzas partidarias, en dicho comité trabajan funcionarios de alto nivel, pero sin carrera profesional en el sector de las Telecomunicaciones.
En el comité se encuentran el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens Carstens; el director general del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), Eduardo Sojo Garza-Aldape, y la directora del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), Sylvia Schmelkes del Valle. Serán ellos los encargados de presentarle al Presidente de la República las propuestas de consejeros para el nuevo Ifetel.
Si bien Ernesto Piedras, director general de la consultoría estratégica, The Competitive Inteligente Unit (CIU), admite que “sin el sustento político” de los tres partidos más importantes de México esta legislación no hubiera sido posible, recalca que el sector de las Telecomunicaciones “no debe depender de la política”.
Observador del comportamiento de las telecomunicaciones mexicanas durante más de veinte años, Piedras reconoce: “El Pacto por México es la base de esta Reforma. El Presidente ha tomado de esta propuesta política los puntos y los ha vertido en la Constitución”. Pero el experto también deja claro que las decisiones no deben ser sólo emanadas o filtradas por los institutos políticos.
“Yo no me asusto al pensar que existe una injerencia política, lo que me preocuparía mucho es que únicamente fueran decisiones de ese tipo. La clave de esta Reforma es constituir un Ifetel con fortaleza, bien blindado y con músculo de acción y de sanción; pero no estamos exentos de riesgos”.
Al analizar la Reforma, pone énfasis: “(Que el Ifetel) no vaya a ser capturado por poderes, por fuerzas del mercado o los mismos partidos políticos, como ocurrió en años anteriores”.
Para dar paso a la formación del Ifetel, la Reforma de Telecom ordena la fusión de las funciones de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) con la de Telecomunicaciones (Cofetel). Ambos organismos vivieron, durante los gobiernos panistas años de polémica, resoluciones en torno a la legalidad de su constitución, un pleito constante entre ellas y con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), así como impugnaciones por su supuesto sometimiento a los intereses de las empresas que regularon.
Gerardo Soria, presidente del Instituto del Derecho a las Telecomunicaciones (Idetel), rememora: “La Cofetel siempre fue un órgano subordinado a la SCT. Tenía una autonomía de papel, pero a la hora de la verdad todo se negociaba con criterios políticos”.
¿Podrá el nuevo Ifetel despojarse de esta historia?
En la perspectiva de Soria, es muy preocupante que la política domine en el nuevo panorama. Ante el hecho de que en el comité de evaluación no haya expertos en Telecomunicaciones, exclama: “Es más atole con el dedo que algo verdaderamente serio. Profundamente demagógico. ¿Qué examen pueden hacer (para designar a los consejeros)? Las propuestas pasarán por el filtro de los partidos políticos”.
¿A CELEBRAR?
Ayer, el Presidente Enrique Peña Nieto disfrutó visiblemente el fuerte aplauso que lo recibió en el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En su discurso, agradeció en primera instancia al Pacto por México que “demuestra que es capaz de actualizarse en democracia”.
Antes, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, expuso que ayer, se inició una nueva etapa en Telecomunicaciones.
Gerardo Soria, el presidente del Idetel, exclama: “La Reforma es una verdadera sacudida para el mercado. Hay varios aspectos de los que toca que ya estaban considerados en la legislación, pero por el andamiaje constitucional había sido imposible aplicar. El mejor ejemplo de ello fue la dominancia”.
Ernesto Piedras muestra optimismo. “Me gusta pensar en la reforma como un proceso continuo. Yo no diría que esta es toda la reforma. Quedan muchos puntos. Debemos tener más elementos para la competencia, la interconexión, la regulación simétrica. Lo que se nos ha abierto es una espléndida oportunidad para redondear todo este marco legal que queremos actualizar”.
Agrega: “Aquí no hay fórmulas mágicas, no debemos pensar que inmediatamente se pueden ver los efectos, pero hubiéramos hecho muy mal en no arrancar”.
¿LISTOS PARA EL APAGÓN ANALÓGICO?
Ya no hay marcha atrás. La Reforma de Telecomunicaciones marca el 31 de diciembre de 2015 como límite para que ocurra el apagón analógico en el país y se de paso a la era digital en la televisión mexicana.
El pasado 29 de mayo, Tijuana fue el escenario para realizar la primera acción de la transición a la Televisión Digital. Para ello, la Cofetel había instalado decodificadores en el 93% de los hogares. Pero el 7% –14 mil viviendas– no logró hacer la conversión y ello generó la protesta de cientos de personas frente al Ayuntamiento de Tijuana. Al final, y en el contexto del proceso electoral en Baja California, la Cofetel decidió suspender el apagón.
¿Está listo el país para esta conversión?
Según Gerardo Soria, “estamos atrapados en el peor de los mundos” porque en 2004, cuando se estipuló esta medida, el gobierno no realizó ninguna acción extra que preparara el terreno.
El especialista dice que el tiempo se vino encima, la fecha constitucional es inamovible y “tenemos un país con muy poca cobertura de televisores digitales”.
El debate –para Ernesto Piedras– debe centrarse en si se ha seguido la ruta óptima. “Parece que no. Parece que en lugar de construir un plan y un financiamiento, lo hicimos al revés. Parece que fuimos por una fecha, casi por un punto que se convirtió en obsesión para luego, tratar de ajustarnos a ella”.
¿QUÉ SIGUE?
De acuerdo con los tiempos legales, los próximos 180 días estarán destinados a la expedición de leyes secundarias, los reglamentos, así como la designación de los comisionados del Ifetel. Para los analistas, aquí empieza un tejido fino, pero definitorio.
Gonzalo Rojón, director de análisis de la consultoría The Competitive Inteligente Unit, dice que la reforma en Telecomunicaciones es un bien para la Nación, pero esos 180 días pueden resultar cruciales para obtener o no “el beneficio máximo como usuarios”.
Y el foco está en la fuerza del Ifetel. “No venimos de un marco legal que tolerara o hablara de nivel de concentraciones de mercado o ineficiencias; venimos de un marco que ya desafiaba a optimizar la competencia; sin embargo nunca tuvimos un árbitro al aplicar las leyes. El punto toral de esta reforma será el órgano regulador”, abunda Ernesto Piedras.
No es un panorama despejado. Gerardo Soria, el presidente del Idetel, cuyo expertisse se encuentra en el litigio en sectores regulados, observa un problema de certeza jurídica. “Por ahora, es difícil saber cómo ven los inversionistas la atribución del Ifetel para que no haya suspensión de operaciones ante la petición de amparo. Esto puede llegar a ser violatorio de las garantías individuales. Un problema de competencia puede ocasionar la quiebra de una empresa. Años después, al empresario sólo le ofrecerán disculpas”.
