Tadeo, el bebé que fuera robado del panteón de San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, y cuyo cuerpo fuera hallado dentro de una cárcel en Puebla, fue enterrado por segunda vez la tarde de ayer.
Los familiares pidieron “respetar el dolor” de enterrar a su hijo en dos ocasiones y repetir la pena, por lo que el sepelio fue privado y en otro lugar, donde por fin el bebé pudiera descansar en paz.
La Fiscalía General de Justicia (FGJ-CDMX) señaló que brinda acompañamiento jurídico, económico, psicológico y social a los padres del menor, mientras amplía la investigación en curso, tras la denuncia presentada por la exhumación del cadáver.
Detalló que la tarde del sábado, una célula multidisciplinaria de Investigación de Delitos de Género y Atención a Víctimas y de Investigación de Delitos de Alto Impacto se trasladó a Puebla.
Allá, se estableció contacto con la madre y el padre del menor fallecido, para ofrecerles apoyo en el traslado del cuerpo a la CDMX y en la gestión de la gratuidad de los servicios funerarios.
Sobre lo sucedido, de momento no hay grandes avances y aunque se descartó que Tadeo fuera utilizado para ingresar droga al penal, ya que la cirugía que tenía fue consecuencia de un mal intestinal que padecía, una de las líneas de investigación más sólida es que presuntamente, el cadáver fue sustraído para una práctica de brujería o santería.
Se dio a conocer que el interno del penal de Puebla, al que le hicieron llegar el cadáver, no ha rendido su declaración. Pero trascendió que está recluido por robo con violencia y que dentro de la cárcel, se dedica a hacer “trabajos de santería negra”, lo que refuerza la hipótesis de autoridades capitalinas.
En tanto, la Policía de Investigación (PDI) de la Fiscalía de Investigación de Asuntos Relevantes realizaron el pasado sábado una inspección en un cementerio de Iztapalapa, en la que efectuaron entrevistas con personal.
En el panteón, a decir de empleados y vecinos, con frecuencia se profanan tumbas para robar cuerpos, pues han hallado osamentas de tumbas.
Empleados entrevistados bajo anonimato, revelaron que las osamentas sustraídas son utilizadas para rituales de santería y brujería; aunque, esa versión no se ha corroborado por autoridades.
Se sabe, de momento, que Tadeo nació el 4 de octubre pasado y murió el 5 de enero de este año; según primeros peritajes, fue el 6 de enero cuando lo enterraron y el 7, un día después, se robaron el cadáver.
El Gráfico