Un amplio número de diputados acude a San Lázarobajo el resguardo de sus escoltas o guardias de seguridad privada.
Los diputados con escoltas tienen acceso al Palacio Legislativo en sus camionetas por los dos accesos al sótano de la Cámara de Diputados, por avenida Emiliano Zapata o por Sidar y Rovirosa, y aunque hay lineamientos que seguir, estos no se cumplen al pie de la letra.
Aunque la Cámara de Diputados rechazó informar a través de la solicitud de transparencia número 9238, realizada por este diario, cuántos diputados cuentan con escolta privada, al señalar que es información “reservada” pues podría poner en riesgo la vida de los legisladores, EL UNIVERSAL constató la existencia de diputados que usan esa seguridad.
Uno de ellos es el diputado Alejandro Moreno Cárdenas, del PRI, quien se transporta acompañado de dos escoltas que lo cuidan.
Las personas contratadas para resguardar la integridad de Moreno Cárdenas, diputado por Campeche, suelen viajar en su camioneta, en la parte trasera e ingresan a San Lázaro a bordo de la misma.
Portan armas en el recinto
La dirección de Resguardo y Seguridad de la Cámara Baja mantiene control sobre el acceso de las escoltas de los diputados, alguno de los cuales suelen portar armas.
De acuerdo con la normatividad de la Cámara de Diputados, todo legislador que desee que sus escoltas ingresen a San Lázaro deben antes remitir un oficio con los datos pormenorizados de sus guardias. Es decir, nombre, institución a la que pertenecen -pública o privada- y, en su caso, los permisos para portar armas.
Una vez que la dirección de Resguardo y Seguridad, previo sometimiento a la autorización de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y la Junta de Coordinación Política, dio el permiso los escoltas no pueden ingresar a la Planta Basamento, donde se ubica el estacionamiento principal de la Cámara de Diputados, en el sótano.
Según la normatividad, sólo se les permite ingresar su vehículo al llamado estacionamiento uno en las calles de Emiliano Zapata y Congreso de la Unión, donde deben esperar a sus legisladores.
Sin embargo, estas directrices pocas veces se cumplen. Por ejemplo, en el caso de Moreno Cárdenas sus escoltas ingresan a San Lázaro y lo esperan incluso en sus oficinas, armados.
El presidente de la Cámara de Diputados, el priísta Francisco Arroyo Vieyra, confirmó que usa la escolta que le brinda la Secretaría de Seguridad Pública local, pero solamente cuando se dirige fuera de San Lázaro a un encargo oficial y es necesario que le abran paso por los embotellamientos.
El coordinador de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, utilizó dos escoltas sólo por una semana, proporcionados por el gobierno federal, luego de que la Procuraduría General de la República (PGR) descubrió un plan para atentar contra su vida y la de su hermano, el senador David Monreal.
De acuerdo con monitoreos de este diario, hay diputados que llegan al Palacio Legislativo de San Lázaro manejando su vehículo, pero resguardados en su tránsito por camionetas blindadas. Muchos de ellos son choferes que saben de seguridad.
Otro diputado del PRI, el veracruzano Tomás López Landero, también cuenta con el servicio de escoltas para resguardar su seguridad.
Los coordinadores parlamentarios también suelen usar este tipo de protección. Por la bancada del PAN, el coordinador Luis Alberto Villarreal es resguardado por personal de seguridad que le brinda la Cámara de Diputados.
El coordinador del PRD, Silvano Aureoles, utiliza protección sobre todo cuando viaja por carretera en recorridos por Michoacán.
De acuerdo con diputados, el coordinador del PRI Manlio Fabio Beltrones es otro que utiliza escolta.
El legislador de Nueva Alianza René Fujiwara, nieto de Elba Esther Gordillo, también es resguardado por escoltas. Ya sufrió un secuestro años atrás, del que salió ileso, pero por su seguridad se reforzó su resguardo.
De acuerdo con testimonios, al inicio de la legislatura es común que haya algunos enfrentamientos verbales entre el personal de la dirección de Resguardo de San Lázaro y los escoltas de los diputados, que suelen llegar al Palacio Legislativo pues buscan ingresar con armas, cuando es necesario tramitar los permisos correspondientes para tener acceso.
Posible atentado no modificó hábitos
Es día de sesión en el Senado de la República. Por la calle de Madrid, que está a una cuadra de la avenida Insurgentes, ingresan la mayoría de los senadores.
Son aproximadamente las 10 de la mañana y todo es correr. Senadores llegan de prisa a la Cámara Alta para acudir a sus reuniones plenarias o a la sesión ordinaria.
Camionetas ostentosas y blindadas, escoltas y elementos de seguridad resguardan la integridad de los senadores.
De pronto, una moto roja tipo “chopper” de la marca Harley Davidson desciende por la rampa de la calle de Madrid. Chamarra de piel negra, casco y lentes oscuros disfrazan a la conductora. Es Ana Gabriela Guevara, senadora del Partido del Trabajo (PT) y ex velocista.
La senadora es de las pocas legisladoras que no usa escoltas ni una gran camioneta blindada para trasladarse a sus compromisos.
La estaciona, desciende de ella y se transforma. Guarda su chamarra, se quita el casco y los lentes. Se cambia la blusa, se pone un saco, y está lista para el día en el recinto legislativo.
“Nunca lo he hecho y no hay motivo ahora para usar escoltas. Compré la moto para andar de fin de semana, pero cuando entre a trabajar en el Gobierno del Distrito Federal (GDF), con Marcelo Ebrard, le fui agarrando más confianza y ya diario circulo en ella”, detalla la también ex medallista.
Pese a que el Senado le ofrece un chofer y un vehículo prefiere la moto porque ahorra dos horas de tiempo y gasolina.
A comparación de la senadora que se traslada por la ciudad sola y sin escoltas, hay integrantes de todas las bancadas que llegan al Senado en grandes camionetas y resguardados por sus asistentes y elementos de seguridad que les cuidan las espaldas.
A petición de los elementos de resguardo (seguridad) del Senado, los legisladores sólo pueden ingresar al recinto con un vehículo que los lleve hasta el sótano del inmueble y desciendan para sus actividades.
Afuera de la sede legislativa se forman grandes filas de camionetas con escoltas que abarrotan las calles aledañas para esperar a que los legisladores concluyan con sus actividades.
Atentado contra los Monreal
Han pasado dos semanas desde que se detuvo a una banda criminal que planeaba asesinar a los legisladores de izquierda David y Ricardo Monreal, y para los senadores la alerta de un posible atentado parece no modificar los protocolos de seguridad de cada integrante de la Cámara Alta.
El presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Senado, el priísta Omar Fayad, dijo que no varió en su rutina de seguridad. “No debemos de hacer psicosis colectiva porque hubo un intento de atentado contra un compañero. Es un caso muy específico, irán saliendo las razones de por qué fue”.
El legislador por Hidalgo comenta que tiene un mecanismo de seguridad de toda la vida, donde siempre vigila por los lugares que va, espejea y tiene precaución, utiliza dos escoltas y su chofer para trasladarse, además de una camioneta blindada.
“En México en los últimos 12 años desarrollé mi propia cultura personal de seguridad por los temas que ha venido viviendo el país, pero no por el tema de los Monreal, más bien por los hechos que vive México, donde se agudizó la inseguridad”, explicó el senador.
El Senado de la República está resguardado por aproximadamente 200 elementos de resguardo, que se dividen en dos turnos.
Otro senador que también utiliza seguridad personal y camioneta blindada es el ex gobernador de Durango, Ismael Hernández Deras, quien dijo que se debe esperar a las investigaciones para saber las causas reales y coincidió en que es un hecho aislado el caso de los hermanos Monreal.
Pese a todo esto, los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, el panista Ernesto Cordero y el priísta Francisco Arroyo, rechazaron incrementar las medidas de seguridad a los legisladores después del presunto atentado en contra de los hermanos legisladores de izquierda, David y Ricardo Monreal.
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