Entre condiciones insalubres, inhumanas y depresión, así viven las mujeres en el Cereso de Xolol

DESTACADOS, LOCALES, SAN LUIS

Primera parte

Marcela Del Muro

La sesión legislativa del pasado 11 de febrero dejó un sabor amargo, enojo e indignación entre las integrantes del Colectivo de familiares de mujeres privadas de la libertad en los Centros Penitenciarios de La Pila Xolol.

No solo se negó el punto de acuerdo que daba la posibilidad de mejorar de forma urgente las condiciones insalubres e inhumanas en las que viven actualmente sus mujeres queridas en la prisión femenil de Xolol, en la Huasteca Potosina, también se intentó desmentir las denuncias que las familias han hecho.

La legisladora huasteca Roxanna Hernández Ramírez, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), aseguró que las mujeres presas estudian, trabajan y viven en un ambiente de sororidad y unión. “Ellas viven bien, viven felices, viven contentas. Trabajan”.

Sin embargo, las narraciones de las familias dan cuenta de violaciones graves a los derechos humanos de las más de 110 mujeres que se encuentran actualmente en internamiento. Las autoridades estatales informaron que la intención es que todas las mujeres sean llevadas a Xolol, que será el único penal femenil en el estado y se localiza en el municipio de Tancanhuitz, a más de 300 kilómetros de la capital.      

Para el Colectivo, el punto de acuerdo de urgente y obvia resolución presentado por la morenista Gabriela López Torres era una acción, a corto plazo, para exigir que se respeten los derechos de las mujeres privadas de la libertad en Xolol, sus hijas, hijos y sus familias; sobre todo, para que se garantice el derecho a la proximidad familiar de la mayoría de las internas, originarias de la capital o municipios cercanos a ella.

Sin embargo, una de las principales exigencias es que se detengan y reviertan los traslados de mujeres, que solo han fragmentado familias, aislado a las internas, deteriorado su salud física y mental, incluso hasta llegar a intentar suicidarse, y propiciado un ambiente de hostilidad y violencia entre la misma comunidad de mujeres en Xolol.

Se habla del punto de acuerdo en pasado porque la negativa de la bancada de diputados del PVEM y el PT retrasará —podrían ser meses, si es que se aprueba— el exhorto a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y a la Dirección de Prevención y Reinserción Social. El recurso fue enviado a la Comisión de Seguridad, Prevención y Reinserción Social para, supuestamente, robustecer el planteamiento, además, se pidió ser turnado a la Comisión de Igualdad de Género. No obstante, la necesidad de mejorar las condiciones de vida de las mujeres es un pendiente apremiante del Estado.    

Durante este último mes han aumentado las revisiones de autoridades estatales y federales al Xolol, lo que trae un poco de esperanza a las familias; mientras el Estado se ha dedicado a prometer que llegará una nueva empresa para generar empleos, se mejorarán las instalaciones, se pondrán computadoras para que las internas hagan videollamadas con sus hijos e hijas, se contratarán autobuses para que tengan visitas una o dos veces al mes, sin embargo, para las mujeres privadas de su libertad y sus familias estas promesas están vacías.

El Colectivo señala la necesidad de acciones concretas, compromisos firmados e información precisa. Por ejemplo, la semana pasada llegaron 25 mujeres procesadas por delitos del fuero federal al Cereso de La Pila, que actualmente cuenta con aproximadamente 60 internas.

“No sé qué se traen entre manos. ¿Por qué se llevan a las de aquí al Xolol y reciben a las del penal federal? Esa es una contradicción con la justificación que dieron para llevarse a las mujeres”, señalan las familias.

El Cereso de Xolol tiene capacidad para 165 mujeres. Por lo tanto, si ahora se trasladaran a todas las internas de La Pila, el penal huasteco tendría otro problema: sobrepoblación.

Malvivir en el penal de Xolol

El pasado 7 de enero se realizó el cuarto traslado de La Pila, en la capital potosina, al penal huasteco y se ejecutó de la misma manera que los anteriores: de forma sorpresiva, en la madrugada, sin dar tiempo a las internas de recoger sus pertenencias y sin avisar a sus familias, que se enteraron hasta que fueron a visitarlas. Una de las familiares narra que cuando se comunicó su hija por primera vez con ella, ni siquiera sabía dónde estaba. 

Las mujeres llegan al penal huasteco solo con su cambio de ropa, si es que pudieron ponérselo, pero algunas llegaron descalzas, sin cobija, sin vestimenta digna. Durante 15 días, las nuevas son aisladas en lo que anteriormente era el ala femenil de la prisión, una zona aún más precaria que donde viven regularmente.

“Cuando se llevaron a mi hija me tocó visitarla en una cancha. Es muy impactante llegar y ver que las tienen encerradas sin nada. En la última visita que hicimos (a casi un mes del último traslado) todavía tenían aisladas a algunas de las que llegaron al final”, narra una de las familiares.

El titular de la SSPC, José Luis Ruiz Contreras, ha declarado que las trasladadas a Xolol son mujeres sentenciadas, sin embargo, las familias desmienten este hecho. “La mayoría de las que están allá no están sentenciadas y, puedo decir, que también la mayoría son inocentes”. Una madre comenta que a su hija se la llevaron así, sin sentencia; por las condiciones del penal, que no cuenta con una instalación de luz estable, le han diferido en varias ocasiones las audiencias, aplazando aún más su proceso.

“Se habla del único penal femenil en el Xolol como un proyecto. Al principio se decía que todas estarían allá para diciembre de 2023. Hablan de un proyecto, pero ese proyecto no tiene pies ni cabeza. Aunque no lo quieran reconocer, es cruel e inhumano lo que le están haciendo y también lo que nos hacen a nosotros como familias”, señala una integrante del Colectivo.

El Cereso de Xolol es un “proyecto” estatal que no cumple con la infraestructura para albergar a más de 100 mujeres, comentan las familias. 

No tienen luz. Les racionan el agua, que a su vez está contaminada, causando infecciones y maltratando la piel de las internas. Las mujeres tienen que bañarse juntas y los excusados no cuentan con puertas, tuvieron que sacudirse el pudor cuando llegaron a ese penal. El drenaje se desborda más de una vez a la semana, la última ocasión provocó la inundación de uno de los dormitorios. La problemática del drenaje ha incrementado por la falta de tarjas, las presas lavan los trastes en el baño de visitas o en las regaderas. Las malas condiciones de salubridad han favorecido el aumento de plagas. 

“Imagínate, para aprovechar el agua que les dan, se tienen que bañar juntas, hasta de cinco en una misma regadera”, narra una de las familiares.

La atención médica en Xolol también es un problema grave. A pesar de ser un Cereso femenil, el doctor es un hombre. Las familias cuentan que han aumentado las infecciones cutáneas, urinarias, vaginales y estomacales, pero no hay medicamento ni atención para las internas.

“Hace poco le picó un alacrán a una de las mujeres y el antídoto que le dieron estaba caduco. También hay una mujer que tiene hemorragias menstruales, pero no han hecho nada por ella, quizá solo le dieron un mejoralito”, relatan las familias.

Pero lo que más desespera a las internas es la escasez de empleo y la falta de actividades. En La Pila, las mujeres estaban acostumbradas a trabajar en las fábricas, en el taller de costura o haciendo manualidades de fomi; en la Huasteca perdieron su fuente de ingresos y tuvieron que dejar de apoyar a sus hijos.

Hasta finales del año pasado entró una empresa que fabrica focos, pero sólo empleó a una decena de internas. Las familias comentan que desde hace una semana no cuentan con material de trabajo y la producción se detuvo.

Es urgente para el bienestar mental de las mujeres privadas de la libertad que cuenten con actividades. Por ejemplo, desde hace más de un mes se frenó la entrada de organizaciones que daban talleres en la prisión huasteca y ayudaban a aligerar un poco la estancia.

La diputada Hernández Ramírez comentó que en el Xolol las mujeres tienen posibilidad de estudiar. Las familias comentan que solo hay cuatro mujeres cursando la carrera de Derecho, que son limitadas en el mismo penal.

“En La Pila podían ponerse a estudiar cuando quisieran, allá solo lo hacen en ratos, cuando les permiten acceder a la biblioteca”.

Las internas no pueden cursar su primaria, secundaria o preparatoria, son las mismas compañeras las que apoyan para que sigan aprendiendo.

“Reciben un trato duro. Es un penal supuestamente para mujeres, pero el trato que se les da es como de sargento. No son conscientes de sus necesidades”, relata una de las familiares. “Pareciera que las están castigando por ser mujeres, las aislaron de sus familias y ahora están siendo maltratadas. El Xolol no es un centro de reinserción, es un espacio de tortura”, señala otra integrante del Colectivo. 

Otro punto señalado por la diputada del Verde fue que las internas del Xolol son visitadas constantemente por funcionarios públicos que les regalan cosas. Habló, por ejemplo, de la senadora Ruth González Silva que acudió a darles kit de higiene menstrual. Las familias ríen mientras recuerdan que la única vez que fue, era porque estaba en campaña. La segunda visita fue en su nombre, acudieron trabajadores del DIF y les regalaron despensas, esas cajas con arroz, frijol, aceite, entre otras cosas, que para las mujeres privadas de su libertad es un apoyo innecesario porque no pueden cocinarlas.

“Las trajeron barriendo y limpiando porque iría Ruth. Estuvo cinco minutos, las vio con cara de no saber por qué estaba ahí. Después fueron y les dieron despensas y mochilas, que no les sirven de nada. Fue solo una simulación, pero sacaron muchas fotos, hasta el dron usaron. Esas visitas no sirven para nada cuando hay tanta carencia y abandono”.

Segunda parte disponible el jueves 20 de febrero.

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