El gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto lanzó en la víspera una estrategia de seguridad para el estado de Michoacán que es igual a la que emprendió hace seis años el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, con el fin de terminar con la violencia en la entidad: poner al Ejército en las calles para vigilar la entidad. Sin embargo, dice el diario The Washington Post, el despliegue de los elementos castrenses no fue un éxito en la administración pasada.
En un reportaje firmado por Nick Miroff, el influyente diario de la capital estadounidense dice que los habitantes de Michoacán salieron a las calles esta semana para celebrar y animar a los soldados que arribaron a la entidad, enviados por el Presidente Peña Nieto, en una estrategia similar a la que empleó Felipe Calderón para combatir a La Familia.
El gobierno de México, junto con asesores de Estados Unidos acabaron con La Familia, afirma; sin embargo, Los Caballeros Templarios tomaron su lugar. “Los pagos por extorsiones en ciudades enteras continúan, así como la quema de negocios y la matanza de todo aquel que los desafíe”, destaca el rotativo.
A pesar de esto, añade, se crearon los grupos de “autodefensa”, “conformados por agricultores y comerciantes locales, esto con el fin de perseguir a policías corruptos, además de crear puntos de control en las carreteras con el fin de detener a los traficantes”.
“La aparición de dichas policías comunitarias cada vez en más ciudades ha sido un desafío para el gobierno de Peña Nieto, pues da la percepción de que el Estado mexicano se está ‘tambaleando’ en algunas partes del país.
Con esta estrategia, afirma TWP, Peña Nieto está lanzando un nuevo intento de aplacara la “Tierra Caliente” de Michoacán, una región agrícola conocida previamente por sus aguacates y melones, incluso antes de obtener una reputación donde hay laboratorios de metanfetaminas y decapitaciones.
Uno de los líderes de la policía comunitaria de La Ruana, lugar donde llegaron los militares dijo “después de tres meses de lucha, podemos dormir tranquilos en nuestras casas”; sin embargo, no dejarán las armas.
Raúl Benítez, un experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México dijo que si el despliegue de tropas por parte del gobierno federal es similar al plan de Calderón, es porque la nueva administración aún está lejos de ser capaz de poner en práctica las estrategias de “reducción de violencia” que pretende aplicar dando un énfasis en el desarrollo económico, los programas sociales y la aplicación de la ley sobre la fuerza militar.
En el estado de Michoacán, dice The Washington Post, saliéndose de control y con un movimiento comunitario, “Peña Nieto está utilizando lo único que tiene, a los militares”.
Esa, la que también parecía ser la única opción de Calderón para terminar con La Familia, fue calificada como una victorias final de su mandato, presumiendo como uno de sus grandes logros haber acabado con el líder del cártel, Nazario Moreno.
“Este nuevo despliegue militar nos muestra que el éxito de Calderón no era real”, dijo Martín Barrón Cruz, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales de México. “Los criminales se han vuelto aún más fuerte que antes.”
