El icónico músico británico Eric Clapton logró crear un ambiente íntimo y cercano en su regreso a México, donde se presentó ante 33,000 fans en el Estadio GNP Seguros. Desde el primer acorde, Clapton transformó un evento masivo en una experiencia casi privada, logrando que cada asistente se sintiera parte del espectáculo.
El concierto comenzó con “Key to the Highway”, un homenaje a su banda Cream, donde el blues y la emoción fluyeron de inmediato. Aunque el público se levantó para recibirlo después de 20 años sin tocar en el país, rápidamente regresaron a sus asientos para disfrutar de la actuación del músico de 79 años, quien, vestido con sudadera y gorra, demostró su talento al interpretar “I’m Your Hoochie Coochie Man”.
Familias y parejas se acomodaron en sus asientos, disfrutando de la velada en un ambiente cálido. La diferencia de generaciones era palpable: mientras los más jóvenes intentaban grabar el espectáculo con sus teléfonos, los mayores preferían simplemente disfrutar del momento.
Cada final de canción era celebrado con fuertes aplausos, mientras Clapton rindió tributo a sus ídolos del blues, incluyendo a Willie Dixon, y deleitó a la audiencia con solos de guitarra que resaltaban la habilidad de cada uno de los músicos que lo acompañaban.
La diversidad en el escenario se hizo evidente con la presencia de músicos de diferentes orígenes, y Clapton se adueñó del momento con potentes interpretaciones como “Badge”, otro clásico de Cream. El ambiente cambió con “Down and Out”, donde el sonido country tomó protagonismo, seguido de una pausa en la que Clapton agradeció al público, tomando su guitarra acústica.
El momento más esperado llegó con “Tears in Heaven”, cuando la audiencia estalló en gritos y cantos, levantando sus celulares en un ambiente de pura emoción. Esta balada, una de las más emblemáticas de Clapton, hizo que el público se uniera en un canto colectivo, celebrando el legado musical del artista.
A pesar de que Clapton fue la gran atracción de la noche, también fueron sus fans, que han crecido escuchando su música a través de diversas generaciones. Entre ellos estaba Óscar Castillo, quien llevó a su hijo y esposa, emocionado por compartir con ellos un artista que considera un genio influyente en la música.
Otro fan, José Pérez, se presentó con binoculares, emocionado de ver a su ídolo en vivo, mientras reflexionaba sobre la longevidad de la música de Clapton y su impacto en sus emociones.
Con una mezcla de blues, rock y baladas, Clapton demostró que, a pesar de los años, su talento sigue cautivando a nuevas y viejas generaciones, brindando un espectáculo memorable en el Estadio GNP Seguros.