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El Radar

Por Jesús Aguilar

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La semana de pascua arrancó con el peso mexicano cerró en 19.63 pesos por dólarconvirtiéndose así en la segunda moneda más apreciada frente al billete verde, sólo detrás del yen japonés. El peso Sí está relativamente sólido, pero el que está en franca volatilidad es el dólar. Hoy jueves aún se apreció más, abriendo a 19.58.

Sin embargo, este avance del peso no es un fenómeno aislado ni responde únicamente a un voto de confianza en México, sino a esta depreciación generalizada del dólar frente a las principales divisas globales. El “Índice Dólar” —que pondera el billete estadounidense contra una canasta de seis monedas— ha caído un 7.2% desde los días previos a la toma de posesión de Donald Trump.

Para dimensionar esta caída:

• Al iniciar el año, el dólar cotizaba prácticamente a la par con el euro; hoy se compra a 1.15 dólares por euro.

• Frente al yen, pasó de 157 a 140.7 yenes por dólar, lo que representa una ganancia del 10% para la moneda japonesa.

• Con la libra esterlina, la divisa norteamericana cayó de 1.22 a 1.33 dólares, es decir, la libra se apreció un 9%.

¿Por qué se hunde el dólar? Enrique Quintana, director editorial de El Financiero, identifica tres factores principales:

1. Aranceles erráticos: la imposición, suspensión o amenaza de gravámenes —como 145% a China y medidas sectoriales al acero, aluminio y autos— ha socavado la confianza global.

2. Choques con la Reserva Federal: los ataques de Trump a Jerome Powell e incluso la posibilidad de destituirlo han puesto en entredicho la independencia del banco central.

3. Déficit y deuda récord: con una deuda pública de 32.5 billones de dólares (124% del PIB) y la urgencia de elevar el techo de deuda antes de un posible impago, los inversionistas están a la defensiva.

El momento crítico llegó el lunes 21 de abril, cuando Trump volvió a presionar públicamente a Powell para que baje las tasas “¡YA!”, lo que desató una caída en Wall Street:

• Nasdaq: −2.55%

• S&P 500: −2.36%

• Dow Jones: −2.48% 

Expertos y académicos alertan sobre la fragilidad de la economía de EE. UU. ante tanta volatilidad:

• Edward Coulson, profesor de economía en la UC Irvine, afirma que “la volatilidad de las políticas del gobierno de Trump es lo que está dañando nuestras perspectivas económicas. Los cambios semanales, incluso diarios, en aranceles y otras medidas crean un entorno donde las empresas no pueden planificar inversiones ni generar empleo”.

• Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, advierte que si los aranceles persisten “más allá de unos meses, la economía probablemente sufrirá una recesión”, elevando la probabilidad de contracción al 35%, frente al 15% de comienzos de año.

• El exsecretario del Tesoro Lawrence “Larry” Summers teme incluso un “momento Liz Truss” en EE. UU., comparando la actual volatilidad a la crisis que derrumbó la libra en 2022; apunta además que la divergencia de tasas, la fuga a valores refugio y el alza del oro a 3 500 USD/oz reflejan un mercado que ya trata al dólar como una divisa emergente.

El FMI, por su parte, recortó su pronóstico de crecimiento global para 2025 al 2.8%(0.5 p.p. menos desde enero), y proyecta para EE. UU. un avance de apenas 1.8%, advirtiendo sobre un “shock negativo” derivado de las tensiones comerciales y la incertidumbre monetaria; el informe destaca asimismo que el dólar tocó un mínimo de tres años y que el riesgo de recesión en EE. UU. ronda el 40%

Por último, un análisis de Reuters subraya el triple riesgo que enfrenta la economía estadounidense:

1. Una guerra arancelaria de idas y venidas sin consistencia ni solidez.

2. Un ambicioso paquete de recortes fiscales de 4.5 billones de dólares que exacerba el déficit.

3. La lucha por la independencia de la Fed, con posibles cambios en su cúpula y presión para bajar tasas.
El resultado ha sido ventas masivas de bonos a largo plazo —que elevan los rendimientos a más del 4.9%— y un dólar aún más débil, a pesar de su estatus de reserva global 


En un escenario donde la política proteccionista, los choques con la Fed y el aumento de la deuda alimentan la volatilidad, la aparente solidez de EE. UU. está quedando en entredicho. Para México, un billete verde debilitado representa oportunidades de importaciones más baratas, pero también riesgos si la inestabilidad financiera global se intensifica. 

El verdadero desafío será navegar estas aguas tormentosas, aprovechando la fortaleza momentánea del peso sin perder de vista la tormenta económica que se avecina.

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