Es la metanfetamina la que más poder da a los cárteles mexicanos

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Las metanfetaminas constituyen el mayor segmento de la industria global de drogas sintéticas y son el estimulante de mayor consumo en Estados Unidos, superando por mucho el consumo de cocaína. También financian a las organizaciones criminales en México, responsables de la violencia generalizada y la corrupción, pues usan sus recursos para debilitar la democracia y el Estado de derecho en toda la región.

¿Qué tan grande es este mercado y el de los precursores que lo alimentan? Tratamos de calcular eso en nuestra investigación sobre el flujo de químicos precursores para la producción de drogas sintéticas en México.

Para calcular el total de metanfetamina producida en México (MPM), es preciso calcular cuánto puede consumirse en los principales mercados, cuánto puede perderse en decomisos y cuánto puede terminar como inventario. La cantidad total de drogas producidas en México en cualquier año dado sería la suma de drogas vendidas en sus mercados de destino, menos los inventarios de años anteriores, más la cantidad decomisada por las autoridades bien sea en el transporte o en los mercados de destino.

(Drogas vendidas) + (Drogas decomisadas) – (Inventario) = (Total de drogas producidas)

Se ha incautado MPM en los principales mercados de metanfetamina. Pero, entre 2016 y 2020, los datos de decomisos internacionales analizados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) indicaron que los mayores flujos de tráfico tenían lugar entre México y Estados Unidos, así como en el sudeste asiático y en Europa central y occidental con flujos interregionales relativamente menores.

Estas regiones también representaban la mayor parte del consumo de drogas tipo anfetaminas en el mundo en 2020, lo cual implicaría que la mayor parte de la producción de drogas tipo anfetaminas ocurre cerca de las principales ubicaciones de los consumidores. Más aún, parece que la MPM solo ha hecho modestas incursiones en los mercados asiáticos, y el análisis más reciente de Europa central y occidental indica que las redes criminales mexicanas parecen depender de alianzas estratégicas con redes europeas que operan instalaciones de producción industrial en lugar de exportar su MPM para la venta en la región.

Por supuesto, las redes criminales mexicanas están constantemente tratando de exportar MPM a nuevos mercados. Pero estos intentos de diversificación hasta el momento han tenido un impacto limitado en las tendencias globales del mercado y paralelamente en los niveles potenciales de producción.

Después de identificar a Estados Unidos como principal mercado para la MPM, el siguiente paso es calcular la demanda de esta droga en relación con el consumo total, esto es, la cuota de mercado de la MPM. El cálculo más reciente sobre el consumo total de metanfetamina en Estados Unidos es de 2016 y fue de 171 toneladas. Para ese año, la Encuesta Nacional sobre la Salud y el Consumo de Drogas (NSDUH, por sus siglas en inglés) estimó que 1.4 millones de personas consumían metanfetamina. En 2020, la NSDUH estimó en 2,2 millones de personas los consumidores de la sustancia, es decir, un incremento de 57 por ciento.

Dado que no hay estimativos similares de cantidades producidas en los últimos años, estimamos que la cantidad global de metanfetamina consumida en Estados Unidos habría aumentado en la misma proporción. Usar 171 toneladas como punto de referencia implicaría que el consumo en Estados Unidos habría aumentado hasta 270 toneladas para 2020. Asumiendo que el consumo aumentó en la misma proporción, para 2022, Estados Unidos tendría 2.9 millones de habitantes que consumieron 351 toneladas de metanfetamina.

Los supuestos en relación con el aumento del consumo se sustentan, en parte, en los datos. Sobra decir que este no es un estimativo preciso, pero coincide con el pronunciado incremento en la cantidad de metanfetamina decomisada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos en ese mismo periodo: de 23 toneladas en el año fiscal de 2016 a 80 toneladas en el año fiscal de 2022. Todas, con excepción de 7,3 toneladas de esas incautaciones en el año fiscal de 2022, se captaron en la frontera con México, la ruta más asociada con las redes criminales mexicanas. Además de eso, las autoridades mexicanas decomisaron cerca de 55,3 toneladas de metanfetamina en 2021, según datos proporcionados por la Fiscalía General de México.

Los precios han presentado una caída similar. En 2016, un kilo de metanfetamina al por mayor costaba unos 17 mil dólares en Estados Unidos; en 2022, el costo del mismo kilo se acercaba más a los 3 mil 500 dólares, según dos entrevistas realizadas por InSight Crime a agentes antinarcóticos de California. Esto coincide con los estimativos de la DEA de que la mayoría de la metanfetamina que se consiguen en Estados Unidos se produce en México y se introduce de manera ilegal por la frontera con ese país. Más aún, la DEA afirma que sus decomisos de metanfetamina también aumentaron aunque se haya registrado una baja en el número de laboratorios domésticos hallados en Estados Unidos, lo cual apuntaría a un crecimiento de la participación de mercado de la MPM (aunque eso no es suficiente en sí para calcular el dominio relativo de los productores mexicanos).

Partiendo de esto, es posible calcular que las redes criminales mexicanas producen entre 291,16 y 434,4 toneladas de MPM.

Después de estimar un nivel aproximado de producción de metanfetaminas mexicanas, es posible crear para los precursores un modelo basado en la producción. Esto es, como se explicará, una tarea compleja, pues hay una gran cantidad de químicos en el mercado que podrían usarse como preprecursores, y en su mayoría se desconoce el producto real de los laboratorios ilegales, por lo que no podremos hacer estimados de cada uno de los químicos.

Sin embargo, con base principalmente en las proporciones de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) sobre cuántos precursores y preprecursores se requieren para producir metanfetamina, podemos hacer algunas aproximaciones. También podemos ilustrar que, haciendo un seguimiento de estos químicos, las autoridades pueden hallar patrones que les ayuden a entender el posible flujo de estos químicos hacia las redes criminales. En últimas, sin embargo, la variación absoluta de los productos y el uso también apunta al dilema de la política de tener que balancear las legítimas necesidades de la industria con el veto sobre la importación de químicos de doble uso.

En el caso de la producción de metanfetamina, es relativamente simple desarrollar estos estimados para los precursores, pues existe un consenso en la comunidad internacional de que el 1-fenil-2-propanona, o P2P, es en la actualidad el precursor primario. P2P también representa un estándar útil para determinar la proporción de precursores frente al producto terminado. La JIFE, en su informe de 2022 sobre químicos precursores, estima que un método común requeriría una proporción aproximada de 1.5 a 1 de P2P a metanfetamina. Usando los cálculos de nuestro modelo anterior basado en la demanda, la cantidad estimada de P2P requerido entonces oscilaría entre las 437.4 y las 651.6 toneladas.

A partir de ahí, la cosa se complica más. Aun cuando el P2P haya sido una sustancia controlada por largo tiempo, hay razones para creer que puede conseguirse en el mercado negro mexicano. México ocupa de manera consistente un lugar entre los países con el mayor número de decomisos de P2P, lo que sería consistente con su lugar como principal productor de metanfetamina. La mayoría de los decomisos de P2P en México se presentan en laboratorios clandestinos y no en los puertos de entrada, lo que indica que la mayoría de la sustancia se sintetiza dentro del país en lugar de importarse como producto terminado. Este hallazgo coincidiría con expertos y autoridades consultados por InSight Crime, quienes señalan que los grupos criminales mexicanos llevan años fabricando P2P de manera clandestina.

Existen varias formas para determinar cuánto de este P2P se produce ilegalmente en México y cuánto se importa o desvía. Una forma sería rastrear el movimiento de los preprecursores, las sustancias químicas que hacen posible la fabricación de precursores como el P2P. Consideremos dos preprecursores ampliamente usados en un método de producción común: ácido fenilacético y anhídrido acético. Según la JIFE, para producir un litro de P2P, se necesitarían al menos 1,2 kilos de ácido fenilacético y 1,8 litros de anhídrido acético. Si las redes criminales mexicanas estuvieran usando solo este método, sería necesario abastecerse de 525 a 782 toneladas de ácido fenilacético y de 787 a 1.173 toneladas de anhídrido acético para cumplir la cuota de producción de metanfetamina estimada anteriormente.

El ejemplo es esclarecedor por muchas razones. Para empezar, ofrece a las autoridades una posible vía para rastrear los químicos. Al conocerse los patrones normales de consumo, y cómo las importaciones y la producción local satisfacen dicho consumo, pueden buscar anomalías. Por ejemplo, considérese los químicos ya mencionados. La cantidad de ácido fenilacético indicada sería equivalente al 134% del total de importaciones legales de México para dicho químico en 2021, según datos obtenidos de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM). Por consiguiente, sería problemático obtener este químico sin despertar sospechas, indicando que las organizaciones criminales pueden estar sintetizándolo en laboratorios clandestinos, contrabandeándolo en grandes cantidades, o ambas cosas. Por el contrario, la cantidad de anhídrido acético mencionada representa solo el 4 por ciento del total importado legalmente en México en 2021, y 1 por ciento a 1.4 por ciento de la producción total del país, según la Asociación Nacional de la Industria Química de México, lo que hace más probable que se esté desviando este químico de las reservas importadas o la producción local.

Hacer este ejercicio con un químico esencial para el P2P, como un aglutinante o un solvente, arroja en su mayoría el mismo resultado. En 2021, los decomisos de acetona, por ejemplo, aumentaron sustancialmente, lo que indica que se está empleando con mayor frecuencia el método de uso de la acetona como solvente. Dado que el informe más reciente de la JIFE no ofrece un estimado para el rendimiento de la acetona usada en la producción de metanfetaminas, nos basamos en un método de producción de P2P ampliamente usado en internet. Según dicho método, se necesitarían unos 9 kilos de acetona para producir 1 kilo de P2P. Asumiendo que todo el P2P en México se produjera utilizando este solvente, los traficantes tendrían que abastecerse de 3.936 a 5.864 toneladas de acetona, que representa casi una cuarta parte de las importaciones legales de acetona en 2021, según la ANAM. Esto también haría muy notorio cualquier intento de desvío, lo que llevaría a la conclusión preliminar de que las organizaciones criminales mexicanas están proveyéndose de acetona localmente, introduciéndola ilegalmente al país, o ambas.

Más aún, los resultados indican que las redes criminales pueden estar abasteciéndose directamente de precursores, incluyendo los sometidos a estrictas regulaciones. Tomemos el caso de la metilamina, un precursor para las metanfetaminas. La producción de un kilo de metanfetamina, por ejemplo, requiere solo 1.4 kilos de metilamina, según la misma receta citada anteriormente. Eso significaría que los grupos criminales necesitarían entre 408 y 608 toneladas de metilamina para producir toda la metanfetamina requerida para satisfacer el mercado estadounidense.

Aunque eso sea probablemente demasiado para abastecerse directamente —pues representa cerca del 17 por ciento de las importaciones legales de los derivados del producto, según la ANAM— puede pasar que los grupos criminales se estén abasteciendo de grandes cantidades. Parte de ese aprovisionamiento puede darse mediante un método híbrido, en el que se obtiene la sustancia legalmente en el exterior y luego se introduce ilícitamente a México con relativa facilidad tras la fachada de un tercero. Incluso, la falta de visibilidad sobre la producción local podría incentivar el desvío.

Dadas las limitaciones establecidas en el modelo basado en la producción, es difícil calcular el margen de ganancias en este mercado. Pero si las organizaciones criminales se abastecieran de sus precursores y preprecursores en el mercado abierto, sus costos podrían ser bajos en relación con el potencial de ganancias. Además, puede haber otros costos asociados a las operaciones ilegales y la obtención de un precursor o preprecursor o químico esencial de fuentes ilegales. También puede haber una sobretasa importante asociada con el abastecimiento ilegal, pero aún es probable que sea muy bajo en relación con el precio final del producto.

Considérese el mercado de la metanfetamina y los químicos citados en la sección anterior. Según los datos suministrados por la ANAM, el precio promedio de una tonelada de ácido fenilacético importado legalmente en 2021 era de US$2.000; el precio de una tonelada de anhídrido acético importado legalmente podía estar en un promedio de US$1.000; y el precio de una tonelada de acetona era menor a US$1.500. Y aunque no pudo conseguirse el precio de la metilamina, el valor de derivados como la dimetilamina y la trimetilamina rondaba los US$868 por tonelada, según la base de datos de la ANAM.

Para poner en perspectiva estos costos, una tonelada de metanfetamina producida en México puede venderse entre 200 mil dólares y 400 mil dólares en el país, según las entrevistas realizadas por InSight Crime. Desde la perspectiva del fabricante de MPM, aun si asumimos que el abastecimiento ilegal incluye una sobretasa de 300 por ciento, el costo de los preprecursores y los químicos esenciales seguiría siendo una fracción del costo al por mayor del producto terminado en México. Más aún, el producto final cobra mayor valor al cruzar la frontera de Estados Unidos.

Aunque el valor del mercado ilegal de precursores sería relativamente pequeño en comparación con el valor del mercado de MPM en México —y sin duda alguna en Estados Unidos— aún sería significativo para los intermediarios ilegales. Con base en el anterior escenario de precursores-costo de MPM y de los cálculos de producción previos, el mercado ilegal de acetona podría valer entre 8.7 millones de dólares y 26 millones de dólares anuales para la cantidad máxima estimada de las metanfetaminas producidas en México.

En el mismo escenario, el mercado de metilamina podría oscilar entre 528 mil y 1.6 millones de dólares; el de ácido fenilacético podría variar entre 1.6 y 4.7 millones de dólares, y el de anhídrido acético podría estar entre los 1.2 y los 3.5 millones de dólares. Estos ingresos indican que habría un mercado dinámico en lo que respecta a los precursores asociados con la producción de metanfetamina.

*Este artículo forma parte de una investigación de un año sobre el flujo de precursores químicos para la producción de metanfetamina y fentanilo en México. Lea los otros artículos de la investigación aquí y el informe completo aquí.

*Victoria Dittmar contribuyó a este artículo.

Sin Embargo

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