Una veintena de curas argentinos de barrios carenciados defendieron el martes en una misa al papa Francisco de las críticas del candidato presidencial ultraderechista Javier Milei, quien lo definió como un comunista “empobrecedor” que representa al demonio en la Tierra.
En una multitudinaria misa al aire libre, el Equipo de Curas Villeros, cercano al pontífice de origen argentino, repudió los insultos y los cuestionamientos que el jefe de la Iglesia católica ha recibido en los últimos años de Milei, un economista liberal que se perfila como favorito en las elecciones del 22 de octubre.
También apuntaron contra las críticas del candidato de La Libertad Avanza al papa por ser un defensor de la doctrina social de la Iglesia. El padre José María Di Paola dijo al respecto que es “indigno de un candidato” hablar “de la mierda de la justicia social… cuando la justicia social parte del evangelio, cuando es amor al prójimo”.
La celebración tuvo lugar en la puerta de la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, en un barrio marginal situado al sur de la capital, a menos de dos meses de las elecciones que pueden marcar un giro político drástico en Argentina con la llegada de un dirigente disruptivo que considera a los políticos tradicionales miembros de una casta de privilegiados y las actuales políticas estales dirigidas a los sectores empobrecidos un “robo” a la sociedad.
Junto a las instalaciones del templo —que fue visitado con frecuencia por Jorge Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires para celebrar bautismos y comuniones— había una gran pancarta que decía: “Solidarios con el papa y con los pobres”.
“Uno se termina preguntando si alguien con ese desorden emocional (en referencia a Milei), que no puede encontrarse con quien piensa distinto sin gritar e insultar, puede soportar las tensiones propias del cargo público al que aspira”, dijeron los sacerdotes en un comunicado que leyeron al final de la misa.
Destacaron asimismo la importancia de “la presencia del Estado que acompaña el crecimiento y desarrollo”, aspecto que es rechazado por Milei, quien está a favor de la casi nula intervención estatal.
“Endiosar el mercado lleva a la deshumanización a través del olvido de los más débiles. Si sólo despertás leones, es lógico que se coman a los corderos más indefensos”, advirtieron los sacerdotes.
¿Qué dijo Javier Milei sobre el Papa Francisco?
Las declaraciones más polémicas del libertario Milei sobre Jorge Mario Bergoglio, quien hasta 2013, cuando fue elegido como sumo pontífice, era arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, son de noviembre de 2020, pero volvieron a la palestra en los medios tras las primarias en agosto.
Milei dijo a los gritos en entrevistas periodísticas, cuando era un mediático economista y no se había lanzado a la política, que Francisco “es el representante del maligno en la Tierra ocupando el trono de la casa de Dios” y que impulsa el comunismo “con todos los desastres que causó, lo que va en contra de las Sagradas Escrituras”.
El actual candidato presidencial también afirmó que “habría que informarle al imbécil que está en Roma y defiende la justicia social que sepa que es un robo y que eso va en contra de los mandamientos”. En otras ocasiones, algunas entre 2017 y 2018, profirió fuertes insultos en su contra.
En los días posteriores a las primarias abiertas y obligatorias de agosto —en las que Milei resultó el candidato más votado— el economista bajó el tono a sus críticas al sostener que, de llegar al gobierno, respetará a Bergoglio como “el jefe de la Iglesia católica”.
También dijo que si el papa decide visitar Argentina el recibimiento será “acorde a un jefe de Estado” y lo calificó de “jefe espiritual” de la mayoría de los argentinos.
Milei ha dicho en ocasiones que no se siente identificado con la Iglesia católica como institución y que el aspecto en el que sí coincide con el pontífice es en su repudio al aborto, que fue legalizado en Argentina a fines de 2020.
La misa de desagravio contó con la presencia de al menos una docena de sacerdotes que trabajan en vecindarios marginales, sindicalistas, líderes de organizaciones de derechos humanos y funcionarios del peronismo, la fuerza política que se juega su permanencia en el poder. También contó con el apoyo del arzobispo de Buenos Aires.
El Financiero