La entrenadora de la selección femenina de fútbol de Canadá, Bev Priestman, ha sido suspendida y apartada de su puesto para el resto de los Juegos Olímpicos de París 2024, en medio de un escándalo relacionado con el uso de un dron para espiar. La federación canadiense está llevando a cabo una investigación ética para esclarecer el asunto, y el director ejecutivo Kevin Blue ha asegurado que las jugadoras no están implicadas en ningún comportamiento irregular.
El viernes, David Shoemaker, director del Comité Olímpico Canadiense, reveló que Priestman podría haber estado al tanto del uso de un dron para vigilar los entrenamientos del equipo de Nueva Zelanda en Francia, aunque la entrenadora ha negado las acusaciones.
El futuro de Priestman en el equipo dependerá del resultado de la investigación, y cualquier decisión adicional se tomará en función de los hallazgos. Mientras tanto, Andy Spence, el entrenador asistente, asumirá el mando del equipo.
El problema surgió esta semana cuando se descubrió que dos miembros del personal canadiense habían usado un dron para espiar a Nueva Zelanda. Ambos empleados, Jasmine Mander y Joseph Lombardi, fueron enviados de regreso a Canadá de inmediato. Priestman, quien había dirigido al equipo durante una práctica, no estuvo presente en el partido contra Nueva Zelanda, que Canadá ganó 2-1.
Priestman, quien había renovado su contrato en enero para dirigir hasta el Mundial femenino de 2027, se mostró arrepentida y asumió la responsabilidad en una breve conferencia de prensa. Desde su contratación en 2020, ha guiado al equipo a la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, aunque fue eliminada en la fase de grupos del Mundial del año pasado.
El incidente también ha afectado a la selección masculina canadiense en la Copa América, aunque Blue mencionó que no tuvo impacto en los resultados de los partidos y no pudo proporcionar más detalles al respecto.