Un nuevo escándalo político por el que ha sido destituido un Alcalde de una ciudad del centro de China ha destapado la creciente adicción a las drogas entre funcionarios del gobernante Partido Comunista, comúnmente ligada a casos de corrupción, según publica hoy la prensa.
Las autoridades anunciaron a finales del mes pasado la destitución del Alcalde de la ciudad de Lixiang en la provincia sureña de Hunan, Gong Weiguo, después de que éste tuviera alucinaciones y llamara a la Policía desde un karaoke creyendo que estaba en peligro.
Cuando la Policía llegó, el Alcalde estaba supuestamente desnudo y drogado, según publica hoy el diario South China Morning Post, que asegura que no se trata de un caso aislado en base a la información de expertos y otros funcionarios.
Según estas fuentes, el caso de Gong, un popular político local en Lixiang, ciudad de 500 mil personas, es parte de un “creciente problema de adicciones y corrupción entre miembros del Partido Comunista”.
“El número de funcionarios que se drogan puede ser muy alto, más de lo que imaginamos. No hay mucha gente en China que pueda costearse el consumo de drogas por una larga temporada -un gramo de metanfetamina cuesta 800 yuanes (unos 128 dólares) en Pekín y unos 400 yuanes (64 dólares) en Cantón”, señaló un abogado especializado en estos casos.
“Con más dinero del que necesitan y sin religión, algunos funcionarios encuentran un descanso (de las presiones del trabajo) en las drogas”, consideró.
De hecho, de acuerdo a Yang Bin, antiguo Fiscal del sur de China que ahora dirige una organización no gubernamental (ONG) para ayudar a criminales, las presiones de los funcionarios chinos son altas en el trabajo, sobre todo, en relación a sus superiores.
“Son forzados a actuar como perros frente a sus superiores y no les está permitido decir lo que piensan”, indicó Yang al diario.
En opinión del antiguo Fiscal, no importa la seriedad con la que se implemente la campaña anticorrupción del Presidente chino Xi Jinping, si no se acaba “con los formalismos” los problemas en el trabajo -que llevan a algunos funcionarios a las drogas- persistirá.
Otro antiguo funcionario de la misma provincia que el alcalde destituido aseguró que “no es raro encontrar adictos” entre los políticos, especialmente en niveles inferiores.
“Es un problema que es raramente discutido entre funcionarios y que se esconde habitualmente debajo de la alfombra”, señaló la fuente, bajo anonimato, y aseguró que los casos son más comunes en zonas rurales donde la vigilancia es menos estricta.
Además, desveló que las drogas han emergido como un “incentivo”, una nueva forma de soborno que la gente ofrece a los funcionarios públicos.
De momento, no existe ningún registro oficial de este tipo de casos, que empezaron a ser publicados por el Gobierno en 2008, y desde entonces sólo se ha informado de seis arrestados acusados de consumo de drogas y, en todos los casos, de un supuesto delito de corrupción.
Fuente: Sin Embargo