Cambios en el comportamiento, aislamiento social y expresiones verbales relacionadas con la muerte se mantienen como los principales factores de alerta en torno a la conducta suicida, una problemática que se intensifica durante periodos emocionalmente sensibles como la temporada navideña.
Aunque estas fechas suelen asociarse con celebraciones y convivencia familiar, especialistas en salud mental advierten que para muchas personas representan un periodo de mayor vulnerabilidad emocional, marcado por sentimientos de soledad, estrés económico, nostalgia o duelo, lo que incrementa el riesgo de crisis emocionales.
De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Salud del Gobierno de México, durante el presente año se habrían registrado alrededor de 8 mil 821 defunciones por suicidio en personas de entre 15 y 64 años de edad, lo que representa un incremento respecto a años anteriores. Este dato ha encendido alertas entre autoridades sanitarias, al evidenciar que el fenómeno se mantiene con una tendencia sostenida dentro de la población adulta productiva.
A nivel estatal, San Luis Potosí presenta cifras preocupantes. Aunque los datos definitivos correspondientes a 2025 aún no se consolidan, reportes previos indican que la entidad ha mantenido tasas de suicidio por encima del promedio nacional, colocándose de manera recurrente entre los estados con mayor incidencia.
El pasado 8 de septiembre de 2025, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que siete entidades federativas superan la barrera de los 10 puntos en la tasa de suicidios por cada 100 mil habitantes: Chihuahua (16.4), Yucatán (16.2), Aguascalientes (14.3), Quintana Roo (13.2), Durango (10.9), así como San Luis Potosí y Coahuila, ambas con 10.1.
Ante este panorama, Milton Carlos Ramos Guardiola, responsable del Programa de Prevención y Atención al Suicidio de los Servicios de Salud del Gobierno del Estado, explicó que los suicidios no ocurren de manera aleatoria, sino que responden a una combinación de factores complejos, entre los que destacan los cambios drásticos de comportamiento, el aislamiento social y las expresiones verbales relacionadas con la muerte.
El especialista señaló que resulta especialmente preocupante la incidencia en población joven, grupo en el que se registran con mayor frecuencia este tipo de conductas. Asimismo, precisó que los hombres concentran el mayor número de suicidios consumados, mientras que las mujeres presentan más intentos.
Detalló que el 83 por ciento de los suicidios corresponden a hombres; sin embargo, por cada suicidio consumado de un hombre, una mujer lo intenta entre cuatro y ocho veces, lo que refleja diferencias importantes en los patrones de riesgo y atención.
Ramos Guardiola subrayó que señales como el abandono de actividades habituales, el aislamiento, los cambios abruptos en el estado de ánimo y los comentarios recurrentes sobre la muerte no deben ser minimizados. Recalcó que la prevención del suicidio es una responsabilidad colectiva y que un gesto de empatía, una llamada o una palabra de apoyo pueden marcar la diferencia para una persona en crisis.
Finalmente, recordó que los Servicios Estatales de Salud cuentan con unidades especializadas para la atención de la conducta suicida e invitó a la población a hacer uso de recursos como la Línea de la Vida, al número 800 911 2000, disponible las 24 horas del día, donde personal capacitado brinda orientación, apoyo emocional y canalización a servicios especializados.
La temporada de celebraciones no debe ser un periodo de silencio para quienes enfrentan dificultades emocionales. Pedir ayuda, reiteró, es un acto de fortaleza y una herramienta fundamental para preservar la vida y la esperanza.