Espejito, espejito… ¿qué me compro?

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Entrar a una tienda y probarse un sin fin de prendas sin sacarse ni un calcetín es posible en grandes almacenes de varios países gracias a los espejos virtuales. Esta opción de marketing, publicidad y modelo de negocio avanza lentamente por el miedo de “confiar en la tecnología”, dijo a Excélsior la directora de la Escuela de Diseño de Moda y Mercadotecnia del Centro de Estudios de Ciencias de la Comunicación, Isabel Carvajal.

Sin embargo, cada vez son más tiendas de ropa en Europa, Asia y Estados Unidos las que empiezan a seguir esta tendencia ante sus ventajas publicitarias y de eficiencia en ventas, además de que ofrece una experiencia diferente.

¿Dónde está la magia?

La tecnología detrás de este espejo se basa en una realidad virtual por medio de videos y/o cámaras. Marcas como Armani dan este servicio en línea a sus clientes recurrentes, mientras Macy´s lo incluye en sus tiendas de Estados Unidos.

Compañías como Fitting Reality, cuya plataforma “ayuda a los compradores a visualizar cómo portan en sus cuerpos diferentes tallas y modelos”, crean estos espejos mágicos.

El efecto visual es similar a lo que cualquiera ve cuando se prueba ropa físicamente, pero sin desvestirse. La imagen puede girar 360 grados para observar la prenda desde todos sus ángulos, además de que algunas tiendas permiten compartir las imágenes o videos vía redes sociales.

Para Carvajal, usar este tipo de espejos en las tiendas departamentales en México podría agilizar las ventas, además de que “es un producto que va para cierto tipo de tiendas, para marcas de alta categoría”.

Esta tecnología no es sólo una cuestión de vanidad, representa todo un nuevo modelo de negocios por internet, pues “permite vender y comprar horizontalmente con éxito, con rapidez y sobre todo explorar con confianza la mercancía de diferentes líneas, departamentos y puntos de venta”, afirmó Donna Amato, la directora de Contenido y Marketing de FaceCake, desarrolladora de mercadotecnia virtual.

Negocio, tecnología y moda

Los espejos o plataformas virtuales “hacen eficiente el tiempo de compra de un cliente, se pierde el miedo a comprar en línea e impulsa el mercado”, a decir de Carvajal.

Ante el miedo a no saber cómo se verá la prenda en la realidad hay soluciones como la de Virtusize, lanzada en abril en Reino Unido, que tiene un sistema de modelado 3D y permite que el cliente compare prendas indicando sus medidas o eligiendo una mercancía comprada antes en el mismo sitio.

Los espejos en línea, es decir los programas que permiten probarse ropa o algún artículo utilizando la cámara de video, y también los espejos físicos, que guardan en su memoria la mercancía probada “dan a los compradores métricas y reportes para saber qué tanto ha sido probado un artículo y con qué ha sido comparado”, dijo Amato.

Gracias a que estas plataformas tienen integrada la opción de compartir vía redes sociales, se crea una especie de cadena publicitaria sobre un producto o prenda, que si antes iba de boca en boca, ahora va de Facebook en Facebook, explicó Amato.

 

http://www.dineroenimagen.com/2013-05-29/20852

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