La mayoría de los invitados a la boda eran personas que la novia no conocía, sólo gente del pueblo.
La maestra de preparatoria de 38 años, Jessica Hayes, celebró su unión matrimonial con Dios.
Las nupcias se celebraron en la Catedral de la Inmaculada Concepción de la ciudad de Fort Wayne, Indiana. La mujer dice que lo más difícil fue elegir el vestido apropiado para casarse con la divinidad pues quería que éste fuera discreto, pero que dejara ver su belleza.
Hayes dice ser una virgen consagrada, lo que significa que entregan su vida a Jesucristo. A diferencia de las monjas, las vírgenes consagradas no están obligadas a jurar votos de probreza, sino usar velo, ropa blanca y un anillo que representa su unión con Cristo.
La mayoría de las personas que abarrotaron la Catedral eran extraños que decidieron participar en la ceremonia por curiosidad, explica la novia.
La ahora esposa de Dios, dice que continuará su vida normalmente y que su apellido continuará siendo Hayes.
Fuente: Excelsior