Durante los últimos años se ha popularizado el uso de vapeadores en sustitución de los cigarros electrónicos, pero ¿qué los hace diferentes?
Con la iniciativa anunciada en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, en referencia a la venta y distribución de vapeadores, salen a relucir dudas sobre el consumo de estos productos.
Se le llama “vapear” a la acción de inhalar el vapor creado por un dispositivo que en su interior aloja líquido. El principal problema de estos artefactos es que se componen de sustancias adictivas, como la nicotina o “aceites saborizantes”.
La historia de los vapeadores se remonta décadas atrás, ya que su precursor fue el cigarro electrónico. Y tanto su uso, fabricación y contenido son los principales elementos que los distinguen.
¿Cuál es el origen de los vapeadores?
En 1963, Herbert A. Gilbert presentó la patente de los cigarros electrónicos. El dispositivo que este personaje ideó funcionaba con aire aromatizado de distintos sabores y tenía baja o nula concentración de nicotina.
Si bien el invento de Gilbert fue un propuesta para que las personas pudieran dejar su adicción al tabaco, o a los cigarros convencionales, con el paso de los años se popularizó su consumo.
El cigarro electrónico evolucionó hasta que Corey Ford, propietario de una tienda de vaporizadores de California, acuñó el término “vapear” en 2003. A partir de ese momento, los dispositivos para fumar comenzaron a fabricarse con un líquido que se convertía en vapor inhalable.
Los vapeadores nacieron con la intención de disminuir el hábito de fumar, además eran una opción más económica a una cajetilla y se comercializaban como libres de sustancias “tóxicas”.
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¿Cuál es la diferencia entre un cigarro electrónico y un vapeador?
Tanto los vapeadores como los cigarros electrónicos generan efectos negativos en la salud por los químicos que se les añaden, sobre todo, cuando se excede su uso.
Y es que pueden ser la causa de enfermedades graves, como lesiones pulmonares y cáncer, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Ante este panorama, es posible detallar como principales diferencias entre vapeadores y cigarros electrónicos los siguientes aspectos:
- El vapeador no tiene tabaco, derivados o cualquier sustancia procedente de la planta
- Los cigarros electrónicos son de menor tamaño, semejante a los originales
- Los usuarios del vapeador pueden intercambiar las sustancias para obtener un distinto sabor
- Los vapeadores se venden a mayor precio que los cigarros electrónicos
- El cigarro electrónico posee aceites derivados del tabaco que se mezclan con otros saborizantes
- El vapeador realiza su proceso de “combustión” con hierbas, resinas y otros aceites esenciales
- El cigarro electrónico evapora los líquidos de su interior por completo
El Universal.