Estados Unidos continúa dando pasos en el cerco a la célula delictiva de Los Chapitos, quienes han sido identificados por aquel país como los mayores traficantes de fentanilo.
Los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán —Iván Archivaldo, Jesús Alfredo Guzmán y Ovidio Guzmán— están acusados de montar operaciones para comerciar opioides en el país de Joe Biden, así como el tráfico armas y lavado de dinero.
Como parte de su estrategia contra Los Chapitos, la DEA ha presentado cargos contra los líderes narcos y sus operadores, mientras la Oficina de Control de Activos Extranjero (OFAC) ha sancionado empresas relacionadas con éstos.
México y Estados Unidos han tratado de unir esfuerzos contra los tentáculos del crimen organizado de Sinaloa. Pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha negado la operación de agentes estadounidenses en el país, diversos hechos confirman su presencia en estados mexicanos, sobre todo en el norte, donde Los Chapitos tendrían laboratorios para fabricar fentanilo.
En este sentido, el fin de semana se informó sobre la muerte de dos informantes de la DEA, quienes supuestamente se encontraban dentro del cártel.
Los hechos alarmaron a las autoridades estadounidenses, que ya consideran a los también llamados Menores como peligrosos y armados.
El Financiero