La exembajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena Coqui, ha instado al gobierno mexicano a tomar en serio las amenazas del presidente electo Donald Trump, quien ha prometido deportaciones masivas de migrantes una vez que asuma la presidencia en enero próximo. Bárcena indicó que, aunque el gobierno estadounidense no tiene la capacidad de deportar a un millón de personas al año, sí podría alcanzar las 400,000, de las cuales hasta 200,000 podrían ser mexicanos.
Bárcena subrayó que el retorno de Trump plantea serios retos para México en temas como el control fronterizo, las redadas de migrantes, la cooperación en seguridad para frenar el tráfico de fentanilo y la posible revisión del tratado comercial. La diplomática señaló que el gobierno mexicano debe prepararse con propuestas y líneas de negociación claras, en lugar de solo reaccionar ante las medidas de Washington.
Por su parte, Tonatiuh Guillén, excomisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) durante la administración de Trump, advirtió que las presiones sobre México podrían incrementarse, recordando que entre 2018 y 2019, Estados Unidos impuso exigencias para que México se convirtiera en un “muro de contención” de migrantes, lo cual llevó al país a desplegar la Guardia Nacional y militarizar el INM.
Bárcena también anticipó posibles cambios en el gabinete estadounidense, mencionando figuras como Robert Lighthizer y Mike Pompeo, quienes podrían jugar un papel clave en la política migratoria hacia México. Con estos antecedentes, tanto Bárcena como Guillén coinciden en que el gobierno mexicano debe evaluar estrategias que incluyan una respuesta efectiva y un diálogo que no dependa solo de presiones unilaterales.