Los exorcismos, a lo largo de la historia, han sido vistos como una práctica destinada a liberar a personas de influencias malignas. Aunque rodeados de misterio y temor, estos rituales se mantienen como una parte importante de la fe católica en la actualidad.
En 2024, en San Luis Potosí, se han llevado a cabo cinco exorcismos, según informó el sacerdote y médico Gilberto Amaya Martínez, miembro del Colegio de Exorcistas local. Este grupo está compuesto por tres sacerdotes, quienes, con la autorización correspondiente, realizan oraciones y rituales para combatir posesiones diabólicas. El más reciente exorcismo ocurrió en junio de este año, donde una mujer fue liberada de una presunta posesión.
El proceso, según Amaya, no es sencillo ni rápido. De cada diez solicitudes que llegan a la Arquidiócesis potosina, solo una resulta ser un caso verdadero de posesión. Para identificar si una persona realmente está poseída, es fundamental la participación de un psicólogo perito, quien evalúa si el individuo sufre de una enfermedad mental o si podría tratarse de un fenómeno sobrenatural.
El Colegio de Exorcistas se encarga de llevar a cabo estos procedimientos en lugares seguros, como templos católicos, para evitar que las fuerzas malignas puedan afectar a otras personas.
Las causas de las posesiones varían, pero el sacerdote Gilberto Amaya señala que muchas veces están relacionadas con actos voluntarios, donde las personas, consciente y deliberadamente, abren la puerta a entidades demoníacas. Además, menciona que comportamientos considerados atroces, como la corrupción o la degradación humana, también pueden estar vinculados a estos casos.
Actualmente, la Iglesia Católica en San Luis Potosí investiga dos posibles casos más de posesión, los cuales están siendo evaluados por el equipo de especialistas antes de proceder a cualquier acción espiritual.