Las autoridades cubanas elevaron este viernes a 22 la cifra de muertos -entre ellos un niño y una embarazada- por la fuerte explosión en el Hotel Saratoga en el centro de La Habana.
Un representante del Partido Comunista de Cuba informó al noticiero de la televisora estatal que en los últimos minutos se recuperaron cuatro cadáveres más, que se suman a los 18 fallecidos registrados hasta el momento.
La Presidencia de Cuba había indicado más temprano que se han contabilizado 64 heridos, entre ellos 14 menores.
Las autoridades sanitarias, en conferencia de prensa, especificaron que entre los heridos adultos hay 18 graves y críticos, y que, entre los menores, hay tres críticos y dos graves.
Más temprano, el ministro cubano de Turismo, Juan Carlos García Granda, afirmó que por ahora no hay extranjeros entre los 40 heridos reportados por el siniestro.
“No hay ningún extranjero herido y todavía no tenemos datos preliminares de la cifra de compañeros del turismo heridos”, declaró el titular del Ministerio del Turismo en la cuenta de Twitter del organismo.
Ocho instituciones sanitarias de la capital han sido movilizadas para atender a los damnificados.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien visitó el lugar del siniestro, subrayó que se trató de un “lamentable accidente” y descartó que fuese una bomba o un atentado.
El suceso se produjo minutos antes de las 11 de la mañana cuando un camión cisterna de gas licuado llenaba un depósito del hotel. La tesis más probable es que la explosión se debió a un escape.
La explosión hizo que colapsara una sección del edificio y que se desprendiera la fachada de los tres primeros pisos, provocando una lluvia de toneladas de escombro sobre la acera. El camión cisterna quedó parcialmente sepultado.
El siniestro provocó una gran columna de humo blanco, que fue visible en gran parte de la capital. Al lugar de los hechos acudieron rápidamente bomberos, agentes de policía y equipos de emergencias, que trasladaron a los afectados a varios centros hospitalarios cercanos. Un colegio cercano fue evacuado.
Un grupo de especialistas comenzó entonces a desescombrar la zona en busca de posibles víctimas atrapadas en el edificio, tareas que se prolongaron hasta la noche.
En los próximos días se tendrá que realizar una inspección técnica al edificio, para decidir si puede restaurarse o los daños estructurales llevarán a derribarlo.
El Financiero